Sonriente, se peinaba mirándose al espejo. Su reflejo, de pronto, ladeó la cabeza y se rió. La niña, gritando, corrió a los brazos de un adulto. Se prometió nunca jamás volver a tal rincón del patio.
Unos inviernos después, la ahora adolescente rompió su promesa y fue a esa esquina. Rechazada, corazón palpitante, ojos llorosos, llegó a ese espejo especial para recordarse de cuando era feliz. “¡Ríete!”, ordenaba a su imagen. No hubo caso.
Una primavera, pero ya siendo joven, y mientras ordenaba otras cosas, se encontró con el espejo. Se miró con aceptación. Y entonces, su reflejo le sonrió.
Oh, que felicidad... Verse feliz en un espejo, al fin, con lo complicado que es eso...
ResponderBorrarUn abrazo
Ese espejo mágico solo reflejaba su corazón.
ResponderBorrarUn abrazo.
Cansados de fracasos, cada vez nos conformamos con menos.
ResponderBorrarAbrazooo
Aceptarse es el todo, ¿verdad? Julio David. Nos tenemos que querer un poquito mejor y sobre todo más, que crueles llegamos a ser con nosotros mismos.
ResponderBorrarSuerte que ella termino viendo esa realidad.
Un fuerte abrazo.
Ojalá nos pudiésemos sonreír en el espejo unos minutos cada día. Besos
ResponderBorrarProfundo, sabio y cierto tu escrito de hoy
ResponderBorrarPaz
Isaac
Yo no me miro en el espejo.
ResponderBorrarSale un hombre que no sé quién es... paso de mirar más.
Hola Julio.
ResponderBorrarTodo parece radicar en la aceptación de la realidad que uno es!
¡Tal cuál la vida de tantos!
Abrazos.
Imagino que este estupendo micro tuyo, como todos los tuyos además de tierno, guarda esa mágica enseñanza que siempre transmites con tus textos.. Quizá que cuando somos peques no sabemos apreciar que somos felices, aunque lo seamos, cuando crecemos y llegamos a la rebelde adolescencia exigimos nuestros derecho a ser feliz, pero sólo cuando aceptamos la realidad que nos toca, sea la que sea nos sentimos en paz y ahí sentimos la verdadera felicidad.. Aunque debo decirte que, qué suerte que en tu micro lo haya aprendido siendo joven : ) .. la mayoría no es capaz hasta muy muy entrada la vejez y algunos nunca, de ahí que vivan frustrados y amargados ; ) Mil gracias por esto y aquello, por todo … 7,7,7,7,7, .. (…) y un beso!
ResponderBorrarPor cierto, totalmente de acuerdo contigo, queriendo decir lo mismo que tú, lo dije todo al revés : )
BorrarSabio reflejo...
ResponderBorrarAbrazo!!
Ya nos gustaría que todos los días, al mirarnos en él, nos sonriera... Qué facilidad para contar y expresar, Julio David, de manera eficiente, personal y torrencial, una idea como esta en tan pocas líneas. Felicitaciones.
ResponderBorrarTe va un abrazo bien grande, feliz día.
No puedo sino constatar con placer estético-literario, la sincronía entre tu estupendo (como cada uno tuyo) micro y el comentario de nuestra amiga María. Qué bien, qué bonito lo contáis ambos: tu "cápsula" y su "gragea" hacen un binomio delicioso de leer.
ResponderBorrarUn abrazo!
Muy bueno tu escrito hoy,cariños
ResponderBorrarBuenisimo, cuan importante es como nos miramos dentro.
ResponderBorrarAbrazos
Eso es lo que tendría que hacer más de una persona. No mirarse en el espejo, que nos miramos y mucho, sino aceptar el reflejo que nos devuelve. Somos animalitos feos en forma y fondo, y con la edad algunos más aún. Y qué. :)
ResponderBorrarLe costó media vida aceptarse tal cual.
ResponderBorrarUn abrazo
La aceptación devolvió una sonrisa calma y equilibrada.
ResponderBorrarHaces verdadero arte con tus letras.