sábado, 28 de diciembre de 2019

Lapsus (3)

¿Herrar otro año? Esta voz no. Bosta de propósitos. Por muy nobles, se tornan impasibles. Este 2019 la gata rebasó el viso. Fui de falo en falo, exigiéndome ser falaz. ¿Resultado? Pisar con afición, nichos en velo. ¡Tonto y todo en vino! Esta no es viuda. Hablo en suero. En adelante, no más expectativas. Nido de nudo. La expectativa paraliza; es el miedo para tener medio. Por sobre eso, violaré. Y si debo comer coca, pues con mucho gasto, ¡sí soñar! Peso a poso iré moderando, dejando atrás la ira del señor, hasta que nada me vuelva a malir sal.

sábado, 14 de diciembre de 2019

En este sueño

La última noche que te quedaste en mi casa, no te quise despertar. Fui al trabajo y al volver seguías plácida, linda, a salvo.

Y vinieron días de mucho sigilo. Ya no veía tele, comía en el patio, caminaba descalzo, como un fantasma. Es que no te quería despertar. Y cuando lo intentabas, cuando te removías en la cama, rápidamente te susurraba cosas nocturnas al oído para convencerte de continuar durmiendo y te hablaba de lunas y amores secretos eternos. Pero de tanto repetirlo al final dejaste de creerme, creo.

Entonces abriste los ojos y el que despertó fui yo.

domingo, 8 de diciembre de 2019

El infierno según...

-Confiesa el pecado y te diré el castigo.
-Estrangulé a mi pareja. Ella constantemente quería dejarme. Pagué con pocos años de cárcel. Merezco que me quemen.
-¿Que te quememos? ¡Oye, no somos salvajes! Tranquilo, te voy a explicar cómo funciona todo. Siéntate aquí y mira esta tele. Cuéntame, qué ves.
-A ella y a mí persiguiendo un globo... Adivinando figuras en las nubes… Contando las estrellas… Espere, no recuerdo vivir estas cosas juntos. Últimamente solo peleábamos.
-Lo sé. Y ahí está tu castigo: mirar por siempre las imágenes de una existencia que pudiste haber llevado cuando estabas vivo pero desaprovechaste.

Otra versión

-Confiesa el pecado y te diré el castigo.
-Hundiéndome en la droga, la arrastré conmigo. Esa noche su corazón no soportó otra sobredosis de preocupación, de insomnio… Mi mamita… Sé que al otro lado me espera el fuego.
-¡Qué manía ustedes con eso! Ven, te invito, siéntate y mira esta tele. Cuéntame, qué ves.
-Me veo preparándole una torta… Ahora paseamos con un perro… La veo abrazarme y llorar de alegría… ¿Pero estas cosas las vivimos?
-No, no. Y ahí está tu castigo: mirar por siempre las imágenes de una existencia que pudiste haber llevado cuando estabas vivo pero desaprovechaste.

Otra versión

-Confiesa el pecado y te diré el castigo.
-Sinceramente, jamás le tuve rencor a nadie y a nadie hice un GRAN daño. Solo a mí: por eso me disparé. ¿Valdrá la pena hoy pasarme una eternidad en llamas? Tampoco fui TAN malo.  
-¿Crees que no hay nada peor que asarte? ¿Seguro? ¿De verdad? Entonces acércate; no, yo te acerco la silla, acomódate, mira al frente y cuéntame qué ves de ti.
-Aparezco queriéndome… Y ahí también… Y ahí... Yo nunca haría semejantes tonteras y sin embargo me gusta lo que veo. Pero ya la cagué, ¿cierto?
-Sí, ya la cagaste.