-¿Cuánto falta? ¡Muero por un celular!
-Parecen guagüas de pecho.
-Mejor, iría durmiendo, amamantando feliz.
-Hija, a mi edad sale puro polvo.
-Hermana, vamos en una nave espacial.
-¡Es un auto, tonto!
-Tonta, fíjate: todo a oscuras, acostados, mirando al cielo, apilados en cápsulas.
-Apilados quedamos porque el auto se volcó. Mami, después maneje usted, mejor... ¡Mami, ¿y las ventanas?! Donde palpo toco madera.
-En mi cápsula también, papá.
-¡Enzo, di algo, vamos!... No, no llores, amor... ¡Niños, escúchenme! Su papá ajustará unos detalles y echaremos a volar.
-Mami, ¿y podré abrir una ventana? ¡Muero por un poquito de brisa!