Un grito desde el baño. Al llegar los padres, encontraron a Ignacia -la oveja negra, la hambrienta por crear conflictos, romper la armonía- sentada junto al inodoro con la tapa abierta. Llorando, confesó: “No sabía que estaba embarazada”. El padre les recomendó no manipular a la criatura hasta consultarlo con un médico.
La madre se animó a mirarla. Lo que flotaba en el agua tenía una boca con dientes afilados. Sonreía. Entonces, una certeza la impulsó a meter la mano y llevársela, tirándola al jardín. Lo que sea que cayó ahí se adentró en la tierra. Las flores se estremecieron.
*Finalista entre 490 cuentos en un certamen latinoamericano de terror/gore
Editorial Nueva Bestia
Julio 2025
Un pelín angustioso, si es.
ResponderBorrarUn abrazo.
Inquietante relato Julio. Pero muy bien construido.
ResponderBorrarAbrazo.
PD: Voy con la segunda de té. Todo un placer! Paso a comentarte en mi blog... Tras volver a leer tu comentario. :))))))
Espero que sea un xenomorfo. Aunque no suelen alumbrarse por el recto.
ResponderBorrarDigno de Edgar Allan Poe.
ResponderBorrarYo también me he estremecido.
Saludos.
Después de leerte me he sentido como las flores del jardín. Tremenda imagen. Un saludo
ResponderBorrarPor el padre mejor no preguntar
ResponderBorrarSaludos
Los bebés con dientes ya Dan un poco de yuyu. Parece que vengan sl mundo dispuestos a comérselo. Y este lo hizo literalmente.
ResponderBorrarAbrazooo
¿Gestación oscura? más bien negra. Me imagino esa boca con dientes afilados, ya vienen preparados para defenderse jajaja.
ResponderBorrarBesos.
Qué susto...Besos
ResponderBorrarLa vida es una carcel...
ResponderBorrarCon las puertas abiertas
Tremendo relato ... me siento como Neuriwoman
ResponderBorrarSaludos
Como toda buena historia queda abierta...
ResponderBorrarBravo, amigo. Abrazo sin sombrero, por cierto.
Waww... estremecedor tu cuento. Muy bueno.
ResponderBorrarmariarosa
L apropia criatura es terrorífica. Su potencial será creíble cuando retorne. Saludos van.
ResponderBorrarJopé. Me ha recordado a Alien El Octavo Pasajero cuando salió de las entrañas de aquel tripulante de la nave O_O
ResponderBorrarMuy bueno, Julio David.
Un fuerte abrazo y feliz semana :)
Que fuerte ufff que mal cuerpo deja el leer estas cosas.
ResponderBorrarUn abrazo Julio David
Puri
Caramba, Julio David, en esta ocasión te has lanzado hacia lo terrorífico, y has conseguido estremecerme. Me ha recordado ligeramente a la Semilla del diablo, de Roman Polanski.
ResponderBorrarUn abrazo.
Eres único imaginando y escribiendo en tan poco espacio: cuatro líneas y nos dejas noqueados casi, al menos con este espectacular relato.
ResponderBorrarMuchísimas gracias, Julio David, por tanto.
Un abrazo grande y mucha, mucha amistad.
Relato intenso pero atractivo al fin. Saludos !
ResponderBorrarVaya que fue oscuro y estremecedor. Pude imaginar a la criatura de diente afilados!
ResponderBorrarAbrazo
El bebé, ¿es el hijo del mal? A fin de cuentas, la maldad se gesta desde dentro, es muy simbólico tu relato. Y espeluznante, Julio David, con esos dientecillos que solo de imaginarlos da auténtico pavor.
ResponderBorrarMe alegra leerte de nuevo. Y no puedo más que agradecerte, que cada poquito vinieras a recordarme que uno debe volver donde se es feliz. Y aunque estoy algo dispersa y comedida, espero de verdad que sientas mi agradecimiento desde el corazón.
Un abrazo enorme.
Ciertamente, Irene. Siento que logras transmitirme esa paz y gratitud y te lo agradezco de vuelta por embellecer la sección de comentarios con esos sentimientos. Ten un bonito jueves. Un abrazo psicológico.
BorrarOye, pero que has desayunado para escribir cosas tan tremendas...
ResponderBorrarNos pones los pelos de punta...
Es genial para un relato gore, abrazos y buen finde
ResponderBorrarMuy oscura... mejor no recordar al padre
ResponderBorrarPaz
Isaac
Ufff... Un alien! Y ahora se ha adueñado de las entrañas de la tierra... Es el comienzo del fin.
ResponderBorrarUn relato genial!