Alicia va en el coche, mirando absorta el azul profundo del cielo. A veces unos pájaros le llaman la atención, a veces unas nubes y otras, Dios. Justo entonces, prefiere pensar otras cosas. Le cuesta adivinar la hora; menos todavía si acaso es jueves o domingo. ¿Será que el tiempo se detuvo? Pero de ser así, ¿cómo es que escucha el trote hipnótico de los caballos que tiran del coche? De lo único que está segura es que la llevan a encontrarse con su papá.
-Tía, ¿falta mucho? -pregunta la pequeña Alicia.
Silencio.
La mujer está absorta en el camino.
Si ve a Dios es que ya está en el nivel máximo.
ResponderBorrarA ese nivel el tiempo es un indigente.
Saludos.
¿Qué le hace cambiar de idea, los pájaros, las nubes, Dios?
ResponderBorrarBueno, el trote de los caballos es "real", su sonido así lo prueba... :)))))
Ya el tiempo... Cierto que algo más tarde, en el tiempo, se encontrará con su padre!
Abrazo Julio.
Ay, Julio David. Necesito respuestas, porque me has creado dudas.
ResponderBorrarAlicia está muerta, ¿verdad? El tiempo detenido, la parte en la que no quiere pensar, en qué, ¿en lo que sucedió? Es como si no fuera a existir el final que está esperando y al mismo tiempo te imaginas que su padre ya está esperándola en el más allá.
No me dejes así que ya sabes que siempre saco mis propias conclusiones, :)
Abrazos.
Esa es la idea. Saca tus propias conclusiones y vuélame la cabeza de vuelta tú a mí. Un abrazo psicológico.
Borrarsiempre me intrigaron las canciones infantiles , que de infantiles no tenían mucho
ResponderBorrarabrazos