Entendió cómo el tiempo corre hacia atrás en un universo paralelo. ¡Y ni hemos descubierto uno! Pero él ya tiene la fórmula (por si acaso). Ahora participa en debates, organiza conferencias, concede entrevistas. Es la estrella, valga la redundancia, donde vaya. Su figura despierta mucha curiosidad, aunque repita las respuestas de siempre a preguntas como ¿hasta qué hora duerme el domingo? o ¿qué lo motivó a ser astrónomo?...
-Cuando niño, un invierno conté las estrellas que veía desde mi dormitorio. Eran 52.
-¿Solo 52? Uno esperaría que tuviera una revelación más grande.
-¿Y cuántas estrellas necesita la noche para sorprenderte?
-¿Solo 52? Uno esperaría que tuviera una revelación más grande.
-¿Y cuántas estrellas necesita la noche para sorprenderte?