¿Acostarse temprano? ¡No hay problema! Como
la cabecera de la cama queda junto a la ventana puede ver, entre las cortinas,
una franja de cielo con sus respectivas estrellas. Y le fascina. Ya tiene
decidido que de grande será astrónomo. Mientras tanto, sueña despierto. Se
pregunta si habrá vida como la suya en otro mundo; a diferencia de que sean
especies portadoras de hermandad, luz, amor; si acaso en las profundidades
interminables del cosmos han germinado tales extrañezas. Es la interrogante que
desvela a este idealista, romántico, ingenuo, imbécil (muy, mucho) habitante del planeta Kepler-22b en la constelación de Cygnus.
viernes, 16 de noviembre de 2018
domingo, 4 de noviembre de 2018
Un largo brazo a torcer
Hace un año murió mi hermano y se llevó a la tumba el
silencio de dos décadas. Un paréntesis de tiempo en donde ganó el rencor y la
distancia. Paréntesis, punto final. Y nos perdimos irremediablemente. Podría
recorrer el infinito y el infinito no me lo devolverá. Era ahora, esta vida, no
hay otra. Y no la aproveché para acercarme y tener la conversación que nos
debíamos; esa que nos reconciliaría. Nos quedamos con tanto atorado en la
garganta, tanta falta nos hicimos, que redacté una carta en donde él -y solo
él- me pide perdón por lo que hizo.
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