jueves, 27 de diciembre de 2018

Todo estará bien

“¿Cómo me irá el 2019?”. El tarotista acomoda la baraja sobre la mesa. Tras la pausa, dice, con seguridad, “todo estará bien”. Cada pregunta la contesta igual: “Todo-estará-bien”. Y de tanto repetirlo el cliente termina creyéndoselo y se retira un poco más contento, pleno, confiado, a cómo llegó.

El tarotista, que estudió por años el lenguaje encriptado de las estrellas, también entiende algo más simple y evidente: solo buscamos ser tranquilizados y comprendidos. Ahora solo simula leer las cartas para darle credibilidad a su respuesta. Incluso ya no se siente tarotista. Es cualquier cosa menos tarotista. Por eso no cobra.

jueves, 20 de diciembre de 2018

Señora Calista

Revisando el álbum de fotos, cae una lágrima de la señora Calista sobre la imagen de su difunto marido. Luego, una mano se posa en su hombro: es él y sonríe. Días después, el fantasma, para hacerla sentir menos sola, hizo cuestiones propias de su oficio: mover objetos, hacer ruidos, apariciones vagas. Sin embargo el tiempo pasa y pesa, y ya cuando el finado quiso volver a descansar en el álbum, la señora Calista lo cerró y escondió. Ahora ella invoca, persigue, acosa al fantasma de su marido, a toda hora, para que no la deje, para sentirse menos sola.

viernes, 14 de diciembre de 2018

No es otra Navidad cualquiera

“Tía Elvira, ¿se lavó los dientes?”. “Doña Jacinta, se depiló mal las piernas”. “Primo, veo que te superaste: tuviste un hijo más feo que tú”. De esta forma Rolando, sin aflojar la sonrisa, saludaba a cada uno en la reunión familiar. Naturalmente volvió tan desagradable su presencia, que los aludidos, que fueron muchos (ni el perro del dueño de casa se salvó) lo ignoraron. Y Rolando, en un rincón, o paseando, perdiéndose en el jardín, trago en mano, fue feliz. Ahora ninguno de esos metiches se interesará por preguntarle qué ha sido de su vida en este año de mierda.