sábado, 3 de octubre de 2020

Coronavirus: La nueva normalidad

En su sueño se bajó la mascarilla hasta la barbilla, pero abajo llevaba otra. Se retiró las dos, pero abajo llevaba otra. Alguien al lado se asustó. Él lo miró de vuelta como diciéndole ¡no se meta! y se arrancó con prisa la mascarilla, pero abajo llevaba otra. Más gente a su alrededor se asustaba. Ahora les devolvió la mirada como diciéndoles ¡ayúdenme!, y abajo, como cosida a su piel, llevaba otra. Ya le dolía apartárselas. Gritó, y con su grito despertó. Se tocó la cara. Se palpó, se aseguró. Y ahí estaba: dormía con una sola mascarilla. Suspiró aliviado.

viernes, 2 de octubre de 2020

La primeriza

“Ya niños, es Halloween, pórtense mal y pásenlo bien”. Al poco rato de salir, mi hijo volvió corriendo junto a sus amigos. “Mamá -me dijo- la señora Marta dice que si le llevamos un gato, ella nos va a regalar un kilo de dulces”. “¿Un gato? ¿Y para qué?”. “No sé, pero Gonzalo le llevó uno y salió de su casa con una bolsa”. Sospechando lo peor, les ordené a que me esperaran y partí en busca de mi amiga. En el camino recogí un gato callejero. “Tonta -le dije- tienes que ser más discreta”. Y le pasé el felino.

jueves, 1 de octubre de 2020

El mismo sentimiento

-Avísale a tu corazón que llegó la primavera.
-¿Por qué?
-De septiembre siento que me quieres menos. ¿No debería ser al revés? Como a los poetas que se les infla el alma como un globo y no tocan el suelo con los pies.
-Hay poetas que son malísimos…
-Pero siguen siendo sensibles.
-No te quiero menos.
-Tampoco me quieres más.
-Es cierto. Mira, te quiero como siempre.
-¿Y cómo es eso?
-Yo florecí el minuto mismo en que te conocí. Hay días que se abrirán muchas flores, hay días que se abrirán pocas. Pero es primavera, para mí, desde entonces.