domingo, 19 de octubre de 2025

Desde hoy


Queriéndote, desde hoy, en silencio. Tal como esa vez que entré en tu blog y el anzuelo de tus versos me hechizó. Y me zambullí en ellos soñándome el destinatario ensombrecido.

Nos conjuramos cuando apareciste en mi ventana. Guiada por la Luna. Custodiada por estrellas. Aullé para formar una manada y saltaste, como gata, a amasar mi insomnio. De la tumba fui hacia tus flores pero, a ojos cerrados, te herí deshojándolas: “Me quiere, no me quiere”...

Cuando lo esencial era ridículamente simple: 
abrazarla más, perder en ajedrez, 
verla sonreír y darle las gracias 
(como si eso bastara para existir).