Aunque recién empieza la jornada, las heridas de ayer ya cicatrizan. Esto mantiene a los individuos pensativos, volcados a su interior. Por este motivo este día reina mayormente el silencio y es mal visto que eleves mucho la voz, aunque sea para expresar felicidad. En lo posible evita las emociones fuertes aun si estas son positivas. Es que el miércoles es una etapa de transición que se administra con sosiego.
Y para antes del anochecer, las personas ya deberán tener bien aprendidas las disculpas que serán ofrecidas mañana entre los que sobrevivieron al odio y a la destrucción del martes.
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