jueves, 4 de enero de 2024

Otro año

“Ya Fortunado, juguemos de nuevo. Vaya por la pelotita”. La mamá la hace rebotar en la cabeza del niño y él, que creyó dormir mucho porque cerró los ojos un poco, despierta. Con el impulso, la pelotita, rebotando, cae escalera abajo. El hijo, en pánico, intenta atraparla en el aire. Pero no alcanza. Y desde el primer escalón debe subirla de vuelta, para entregársela a la mujer que lo anima con un: “¡Sí, sí, Fortunado!”. Un año después el preadolescente, reventado, asciende los doce escalones. “Fortunado -dice la mamá- es jugar o matarse”.

Y la pelotita, rebotando, cae escalera abajo. 

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