sábado, 20 de enero de 2024

La partida de la pleyadiana


Apenas escuchaba ese acento extraño, corría hasta el mostrador del negocio de la mamá para observar a esa belleza rubia que lo idiotizó. Jomarcito, ufólogo en ciernes, la amaba empezando por su nombre: Alcyone. “No puede tener ojos más azules, ser más bondadosa, o de este mundo”, comentaba a su madre. 

Pero Alcyone estaba de paso, volvió con el ex y desapareció.

Una noche, la mamá acompañó al hijo a mirar el cielo. “A lo mejor regresó a las Pléyades”, dijo la mujer. Entonces una lágrima rodó por la mejilla del niño, coincidiendo con la caída de una estrella fugaz. 

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