jueves, 20 de diciembre de 2018

Señora Calista

Revisando el álbum de fotos, cae una lágrima de la señora Calista sobre la imagen de su difunto marido. Luego, una mano se posa en su hombro: es él y sonríe. Días después, el fantasma, para hacerla sentir menos sola, hizo cuestiones propias de su oficio: mover objetos, hacer ruidos, apariciones vagas. Sin embargo el tiempo pasa y pesa, y ya cuando el finado quiso volver a descansar en el álbum, la señora Calista lo cerró y escondió. Ahora ella invoca, persigue, acosa al fantasma de su marido, a toda hora, para que no la deje, para sentirse menos sola.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

El COMENTARIO ESTÁ SUJETO A MODERACIÓN