José iba a cruzar el umbral cuando una energía amable le hizo retroceder unos pasos. Bajo la confundida mirada de la dueña de casa, volvió a intentarlo, provocando que esta fuerza, ahora no tan amigable, lo empujara. Luego, un cuchillo voló hasta frenarse justo frente al pecho del hombre. Muebles, sillas, ceniceros y otros objetos se arrastraron hacia la puerta, bloqueándole cualquier avance. Entre ellos, un cuaderno que ella reconoció suyo. No uno cualquiera. Y lo sabía. Lo tomó y hojeó hasta encontrar un poema donde, a José, lo declaraba su “enemigo”. Arrancó esa hoja. El cuchillo cayó al suelo.
Una nueva evolución de las tobilleras para órdenes de alejamiento.
ResponderBorrarCon lo poco que cuesta olvidar y perdonar y arrancar hojas...
Abrazooo
A veces lo q deseamos, cobra tal fuerza , q se materializa , por eso hay q elegir bien nuestros deseos y/o pensamientos ...una suerte q pudiera llegar a esa página , romperla y con ello desactivar sus manos deseos ; ) Otro de tus estupendos relatos llenos de mágica enseñanza ...Mis mejores deseos para ti durante este invierno verano , un abrazo fuerte JULIO DAVID!
ResponderBorrarMaría, te hacía tomando una caipiriña a la sombra de una palmera en Río de Janeiro. Bueno, quizás exageré, pero sea donde sea que estés veraneando, hasta allá que lleguen mis saludos. Un abrazo psicológico.
BorrarLa fuerza que tiene un poema.
ResponderBorrarUn abrazo.
Qué gran final. Besos
ResponderBorrarEscribes como Cortázar ... me encanta.
ResponderBorrarFeliz noche
Muchas gracias, anónimo/a. Acepto el piropo feliz y feliz domingo.
BorrarUn abrazo psicológico.
Después de leerte… Como quisiera tener ese libro de magia que cumple al pie de la letra el “oscuro deseo” decretado por su dueña y que también puede “desvanecer” dicha orden con solo romper la hoja correspondiente.
ResponderBorrarAunque, en verdad lo que a mí me gustaría poseer es, ese talento y creatividad que tú posees para escribir, pero siendo realista y honesto… tu nivel es muy alto, así que me conformo con cumplir mi primer deseo.
Mis saludos y mis respetos a tu ingenio literario.
La fuerza de las palabras.
ResponderBorrarTodo lo pueden.
Buenísimo.
Te imaginas tener un cuaderno, donde todo se cumpla, qué peligro. Mejor no, nadie debería tener ese tipo de poder, al final nos creeríamos que nuestra verdad es única, y de ahí, hasta el ser más noble terminaría corrompido. Menos mal, eso sí, que en último vestigio de luz arrancó esa hoja.
ResponderBorrarAbrazos, Julio David.
Me pregunto si José sabía que al cruzar el umbral podría tener problemas. Arrancó la hoja de sus maldades y automáticamente fue perdonado? Interesante. Muy interesante.
ResponderBorrarUn abrazo Julio David :))
La poesía tiene poder... Bravo, amigo!! Me encantó!!
ResponderBorrarMe inquieta ese final. Arrancó la hoja y cayeron las defensas. Quizá ella volvía a estar a merced de su enemigo.
ResponderBorrarOtra genialidad de las tuyas. Me encanta!
Que suerte para José que recordara esa página y la arrancase. Esto le salvó la vida.
ResponderBorrarAbrazo
...me recordó una escena de un Cdrama que ví hace ya algunos años ( la prota escribía deseos en un diario de vida) , este tipo de recurso es genial para novelas , magia en las palabras ( escritas en este caso ) , enhorabuena ☺️
ResponderBorrarOtro abrazo