Te puedes imaginar a esta conductora, Li, con la angustia puesta en el acelerador, en su madre enferma en el asiento trasero, rumbo a una deuda hospitalaria que hundirá su último pilar económico. Lo único que juega a su favor es lo vacía que está la avenida Chang'an a esa hora de la noche. Razón por la que, dada la velocidad, no alcanzó a frenar cuando atropelló a Suyin. Ya te puedes imaginar entonces el porqué Li detuvo el vehículo y dio marcha atrás rematándola en el suelo. Entiéndela. Está en quiebra: no puede costear la hospitalización de dos mujeres.
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