-Viejita, abrazándonos me crece algo...
-¿Sí? Lo creía el cable del estetoscopio doblándose en mi ombligo.
-Aprovechemos el milagro, baja por mi cuerpo besándolo y...
-No me pongas incómoda, viejo.
-¿Soy irrespetuoso por proponértelo?
-Me hace sentir obligada. Y si me niego, culpable.
-Obligación, culpa... Y tus ganas, ¿dónde están? ¡Hablas como si tuvieras 80 años!
-Tengo 79.
-Viejita, solo busco motivarte ese deseo por mí de antaño.
-Espera.
La mujer se retira. Suena el celular del hombre. Contesta. Al otro lado de la línea ella dice:
-Deseo tengo, pero con suerte para darte sexo oral así nomás. ¡Ya, habla!
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