El anochecer trae nubes y pájaros que anuncian la lluvia. Sonriendo, cierra la ventana y vuelve a sus labores. Ya ayudó a su hijo con la tarea, se esmeró por preparar una rica comida y revisó con su marido cómo se dividirán los pagos del gas, la luz y el agua. Ahora cose un pantalón mientras espera, pacientemente, que todos duerman. Es tan mamá ella, es tan adulta. Se preocupará todo el invierno porque nunca nadie se resfríe en casa, y sin embargo cuando llueva saldrá, en secreto, a pasear y a saltar sobre los charcos como cuando era niña.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
El COMENTARIO ESTÁ SUJETO A MODERACIÓN