Hola, Maya. ¿Te conté? Poco después de que decidiste terminar nuestra relación (disculpa que te saque el tema otra vez), adopté a una perrita. Es un amor. Y como sé que nunca la verás, te lo cuento aunque no te interese. Es una quiltra con quien bailo reggaetón, comemos muchas galletas y nos dormimos con la tele prendida. Me recuerda a ti, a nosotros... Pero ahora supongo que le mueves la cola a otro.
Me frustra saber que entre tú y yo algo quedó pendiente.
Por eso a la perra le puse tu nombre y le pego todos los días.
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