-Le dejo unas monedas, amigo Filiberto, pero no se las gaste en vino.
-Caballero, disculpe. Usted siempre ordena lo mismo cuando me da plata.
-Es que usted es bueno para el trago y eso me preocupa.
-¿Por qué?
-Porque yo estuve en sus zapatos. No viví en la calle, no, pero sí fui alcohólico. Mucho del sueldo iba a parar ahí. Casi pierdo la casa y mi familia. Igualmente me rehabilité gracias a ellos. Pero me costó años.
-Y si usted fue alcohólico teniéndolo todo, ¿por qué me pide a mí que no lo sea si yo no tengo nada?
-Caballero, disculpe. Usted siempre ordena lo mismo cuando me da plata.
-Es que usted es bueno para el trago y eso me preocupa.
-¿Por qué?
-Porque yo estuve en sus zapatos. No viví en la calle, no, pero sí fui alcohólico. Mucho del sueldo iba a parar ahí. Casi pierdo la casa y mi familia. Igualmente me rehabilité gracias a ellos. Pero me costó años.
-Y si usted fue alcohólico teniéndolo todo, ¿por qué me pide a mí que no lo sea si yo no tengo nada?
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