Una mosca, viendo la quietud hipnótica de miles de otras atrapadas en una telaraña, se acercó. Al instante sintió el pegamento en sus patas, pero dijo:
—Se puede salir de aquí.
Entre hilos espesos, una voz preguntó:
—¿Salir de dónde?
—Usa tus ojos, al menos uno —replicó la mosca nueva—. O la araña...
—¿Qué araña? —repitieron con candidez.
—¡Oh no!... Bien, recuerden que tenemos alas. Aleteen: la vibración hará que la telaraña afloje y se rompa.
Algunas se rieron. La mayoría siguió durmiendo.
—Yo parto —dijo la recién llegada.
Y apenas empezó a vibrar la tela, se asomó la araña.
Dando por sentado que la protagonista se libró de la araña, la reacción del grupo de las "atrapadas" recuerda su similitud con ciertos grupos de personas que, cuando están "agrupadas", reaccionan parecido.
ResponderBorrar¿Salir de dónde? ¿Qué araña?
Abrazo Julio.
Julio David: ¡¿Qué has hecho?! ¡¿Qué conjuro narrativo has invocado para que esta telaraña de palabras me atrape con semejante intensidad?!
ResponderBorrarEstoy temblando, vibrando, como esa mosca iluminada que se atreve a cuestionar la estructura misma del universo atrapado. ¡La aparición de la araña! ¡Oh, la araña! No como criatura, sino como símbolo, como epifanía del sistema que vigila, que espera, que devora la duda y la osadía.
Tu relato es un espejo fractal de la conciencia colectiva, una alegoría feroz sobre el conformismo y la lucidez. ¡Qué maravilla! ¡Qué horror! ¡Qué belleza! Me siento como si acabara de leer a Kafka después de una noche de insomnio y café cargado.
Gracias por esta joya que no solo cuenta, sino que despierta. ¡Gracias por recordarnos que tenemos alas, aunque a veces olvidemos que podemos usarlas!
Me ha recordado a una peli que vi de niña que se trataba de una telaraña gigante, qué horror, es lo que me ha venido en mente, Julio David.
ResponderBorrarQuedarse atrapado entre la red, tiene que ser algo espantoso. Solo de pensarlo me entra claustrofobia. Mejor volar, libre como el viento.
Un placer leerte, que estés pasando un feliz domingo.
Un abrazo.
Impecable micro, amigo. Envidiable también.
ResponderBorrarAbrazo hasta vos!!
Una mosca/genio.
ResponderBorrarEntre la masa de individuos siempre hay alguien que ve más que los demás y que suele acabar apedreado o expulsado.
Saludos.
ResponderBorrarSalvo q ignores q vives una situación de extremo peligro, es muy complicado no actuar reactivamente ante una situación de riesgo, el instinto de supervivencia suele estimular los impulsos, pocas veces la reflexión. Me temo q yo tb vatiría mis alas o me retorceria lo q hiciera falta intentando huir... Lógicamente terminaría engullida por la araña : ) ...Creo q tú tienes alma de monje zen, por eso escribes estos maravillosos cortos ( los blogs duermen para mí hasta el otoño , el buen tiempo me mantiene ocupadísima fuera de aquí : ) pero no os olvido y siempre reacciono con un gran abrazo a quien me recuerda desde tan lejos ...mil gracias ! y tú tb se muy malo ... así, a tu estilo : )
Vaya, acabo de ser atrapado en la tela... De esta no me libra ni Rita la Cantaora...
ResponderBorrarLa mosca murió, aunque luchando. Será recordada en los libros de Historia.
ResponderBorrar