“Elizabeth, te advertí que no
jugaras en el pasillo, mira, rompiste el florero. Ahora las dos se
acuestan, castigadas. Que esto igual sirva de escarmiento a ti,
Roberta”. Cada vez que Elizabeth, la favorita de mamá, se porta
mal, la mujer le recrimina a ella y a Roberta, a pesar de que esta
última es dócil y obediente. Mas esa noche cuando la madre sale del
dormitorio, Roberta salta de la cama y la empuja por la escalera,
creyendo, en su inocencia, lo justo que sería que a Elizabeth
también se le castigue por algo que no ha hecho.
Mi aporte para El bic naranja
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