“Al fin, con orgullo, puedo decir que vivo con los pies en la tierra”. Con estas palabras, José terminó el discurso con que se graduó, tras un año de sobriedad, en el centro de rehabilitación.
En casa le esperaba una fiesta sorpresa. No es para menos. Y José, que estaba sensible, lo lloró todo. Y lo agradeció todo. Y se comprometió, por un mejor futuro, con todo. Tan sensible andaba, que cuando sentados a la mesa empezó un temblorcito, nada grave, José, por no haber tenido los pies en la tierra durante tantos años, fue el único que salió arrancando.
& Alís
Una sensibilidad arrancada con años.
ResponderBorrarAbrazo.
Logro merecido tras el esfuerzo.
ResponderBorrarYa lo del correr..., la anécdota!
Abrazo Julio.
Los demás debían tener las sillas muy altas y no tocaban de pies a tierra. o quizás eran electricistas y llevaban calzado antishock.
ResponderBorrarTotal, correr es sano, o sea que igual da.
Abrazooo
La novedad le pilló por sorpresa, ya se acostumbrará s tener los pies en la tierra 😅
ResponderBorrarMil besitos con cariño, David y feliz septiembre ❤️
Efecto de la sobriedad. Ya se irá acostumbrando a sentir los pies en la tierra . Un abrazo
ResponderBorrarUna simpatica historia, que nos induce a pensar...
ResponderBorrarUn abrazo, amigo
Alguna ventaja tenía que tener.
ResponderBorrarMuy bueno.
De algo le sirvió su pasado.
ResponderBorrarAbrazos.
Hola, Julio David.
ResponderBorrarTu escrito dentro del mensaje que deja, de la realidad en la que reside es profundamente bonito. No le pasará nada, aprenderá, porque se puede caer, siempre, mil veces, pero lo importante es ser consciente de los errores.
Un fuerte abrazo.
Es normal que echara a correr. La sobriedad te muestra lo horrible que es la realidad, y la ebriedad la desdibuja haciéndola más asimilable.
ResponderBorrar"Hombre precavido vale por dos" Los demás le mirarían como un bicho raro.
ResponderBorrarInteresante relato Julio David!
Un abrazo con palmada :)
Si vive en Chile de seguro fue temblor
ResponderBorrarPero si no, es que aterrizar es una experiencia mortificadora pero enjundiosa
Buena semana 👍
¡Qué hermoso es cuando alguien se rehabilita y se inserta de nuevo en la sociedad!... Lo del temblor, una anécdota. Había olvidado que vive al sur del mundo y, los temblores son una constante.
ResponderBorrarAbrazos Julio David
Mantener los pies en la tierra no es nada fácil. Ahí que muy equilibrado entre lo que se piensa y se hace. Un saludo para ti.
ResponderBorrarNunca es tarde...
ResponderBorrarUn abrazo.
Querido Julio, siempre la vida te da otra oportunidad y José la supo aprovechar, algo muy difícil de conseguir por eso tiene mucho valor.
ResponderBorrarAbrazos y te dejo un besito
Buen fin de semana 👍
ResponderBorrarUna sensibilidad extrema... que parece que los otros no alcanzan.
ResponderBorrar👏🏼👏🏼👏🏼