Enojado con la vida, Javier quebraba una pila de ramas con un palo. Únicamente quería conseguir como sea esos $5 mil pesos. Noche desolada, calles fantasmas. Ah, pero esa mujer de allá. Corrió, la amenazó con el palo y robó lo que necesitaba. De vuelta, tropezó y cayó sobre las mismas ramas con las que hace un rato se desquitaba. Una le atravesó el hígado. Perdió. Se arrastró hasta una iglesia cercana para morir ante un Cristo de yeso. Pidió perdón y ser recordado, como un santo, a su lado.
Al otro día fue encontrado a 38 km del lugar.
Pues lo de " a su lado " ya no va a ser, y eso que era lo más fácil. Así que todo lo demas...
ResponderBorrarL venganza de las ramas fue terrible.
Abrazooo
No hay perdón ni cielo para los malvados.
ResponderBorrarQuizá en la próxima vida se reencarne en mujer agredida... sería lo justo para que comprobara en carne propia el mal causado.
Saludos.
Pedido muy ambicioso que le fue denegado. Pensé en la canción de Pedro Navaja.
ResponderBorrarAbrazo
Justicia poética. Será verdad que el mal se vuelve contra sí mismo.
ResponderBorrarYa lo decía la canción... "quien a hierro mata a hierro muere" / y si perdón (esto es de mi cosecha)
ResponderBorrarFeliz domingo, David.
Mil besitos ♥
Las vueltas de la vida
ResponderBorrarBuena semana 👍😁
Pues parece que no le perdonaron ;)
ResponderBorrarUn abrazo!
Julio, como se dice aca, el que las hace las paga.
ResponderBorrarPero no se cuando, porque aca en mi pais hay varios que lo estan desmantelando y
Ninguno paga.
Creo que en la
Vida todo se paga, pero a veces el castigo llega tarde.
Abrazos y te dejo un besito
No pide nada el personaje...
ResponderBorrarUn abrazo.
Qué interesante y original relato, amigo. Todo un descubrimiento leerte, saber de ti, de tus actitudes literarias, gracias.
ResponderBorrarTambién por descubrirte en mi pequeño rincón de "Palabras y silencios". Un fuerte abrazo.
Pidió perdón en falso... Así que nones.
ResponderBorrarMuy bueno!