domingo, 15 de junio de 2025

Otro año sin saludarlo

Don Canelo decidió esperar, dejarse sorprender. Y lo hizo, preparándose para lo mejor. El empeño en lustrar sus zapatos, los cortes al afeitarse después de tanto, reflejaban su optimismo. Prendió la tele, poniendo más atención al celular.

Se hizo de noche, cuando decidió no seguir esperando. Prefirió, como el año pasado, sorprenderlo. Salió. Caminó hasta llegar a una puerta. Corrió una lágrima. Se sonó tan fuerte, que ni tuvo que golpear. Abrió un niño: “¡Hola, tata!” Detrás, un joven: “Papá, ¿qué hace aquí?” Don Canelo se acercó a su hijo y lo abrazó. “Feliz día del padre”, dijo el padre.

miércoles, 11 de junio de 2025

Hormalza

Primero de reojo, luego un contacto visual y una sonrisa. Nos reconocemos. Nos levantamos al mismo tiempo. “Me levanté para saludarte”, dice ella. “Yo también”, respondo.

Conversamos, nos ponemos al día. Al despedirnos, tras el abrazo, un botón de mi chaqueta queda abrochado en el ojal de su abrigo. Lo desabrocho. Al girarnos, un fleco de mi bufanda está enganchado en su aro. Lo corto.

Entonces, lo veo: un hilo rojo cuelga de mi meñique. Sigo con la vista su trayectoria. Hormalza ríe, tapándose la boca. Y en esa, su mano, el hilo termina. O empieza.

Esto no lo separo.

martes, 3 de junio de 2025

Un fractal en la eternidad

En ciertas noches, para cerrar con broche de oro un día hermoso, ponían audios de Galeano leyendo sus cuentos.

Ella, venida desde un mar en brumas y lluvias suaves, apoyaba su cabeza en el pecho de aquel nacido bajo la cordillera. En la cama hallaban un territorio compartido, entretejido, y en sus pliegues, el amor escondido.

Y justo cuando el sueño los había acurrucado, el maestro les relataba un microrrelato al que le tenía especial aprecio, uno sobre una pareja que, en ciertas noches, para cerrar con broche de oro un día hermoso, ponía audios de Galeano leyendo sus cuentos.