Rex abrió los ojos por primera vez y se encontró rodeado por unas hienas que lo acicalaban. Todavía así, sintió que algo andaba mal. Y con este sentimiento de extrañeza, lo criaron como uno más del clan. Aunque el fin último de ellas era utilizarlo, pues lo mandaban a cazar. Y cuando no, lo mantenían encerrado y atemorizado en una cueva vigilada. Pero resultó que un amanecer, ya que su sed por beber agua fue más fuerte que todo el miedo, Rex salió hasta la fuente más cercana. Y ahí, por primera vez, vio reflejada esa magnífica, majestuosa, innegable melena.
Joderrrr... nos has manipulado como has querido. Rex es nombre de perro, que se parecen más o menos a las hienas, sobre todo de cachorro. Y al final aparece el león, que es Rex pero no suele ser de nombre.
ResponderBorrar👏👏👏bravoo
ABRazooo
Excelente relato, amigo Julio, con enseñanza final.
ResponderBorrarHay personas que no siempre son conscientes de sus "melenas".
Abrazo.
El que está aislado de su entorno, pierde su identidad.
ResponderBorrarSorprendente relato.
Un abrazo.
Julio, qué maravilla este “fallo” tan bien calibrado. Nos llevas de la pata como hienas amaestradas, y justo cuando creemos entender el juego, ¡zas!, aparece la melena.
ResponderBorrarQué bien manejado ese despertar identitario, tan animal como humano. Me quedo pensando cuántos Rex hay por ahí, aún sin verse reflejados.
Gracias por este rugido disfrazado de susurro.
Un abrazo leonino.
Me he sentido identificado con lo de las hienas que me rodean... cada vez hay más y más...
ResponderBorrarLa libertad lleva al conocimiento. Muy buena reflexión.
ResponderBorrarUn abrazo.
Las hienas no son tan malas como las pintan, se ha visto como las hienas cazan una presa y luego el león (o la leona) se presenta y se las roba ;)
ResponderBorrarImpecable, amigo. Hay un Rex en cada cual si quiere dejar de temer o se quiere despabilar...
ResponderBorrarY las hienas, al final, se lo terminaron comiendo entre todas cuando llegó el tiempo de la sequía y los animales se fueron a no se donde y no hubo caza...
ResponderBorrarUn abrazo
Nada mejor que el reflejo cristalino del agua para descubrir que realmente eras un león. Saludos
ResponderBorrarPor la melena lo supe todo. Excelente. Saludos.
ResponderBorrarWhat a powerful moment of self-discovery. The fear, the thirst, then… the truth in his own reflection. Absolutely stunning. 🦁
ResponderBorrarJulio David, tu relato me ha parecido una gran metáfora sobre la identidad y el descubrimiento personal. Ese momento en que Rex se ve reflejado y reconoce su verdadera naturaleza es tan potente como simbólico. Un texto breve pero lleno de fuerza.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo y buena semana :)
la peor hiena es la interior... buen martes :)
ResponderBorrarY es muy posible que eso nos pase a muchos, en verdad
ResponderBorrarPaz
Isaac
Muchas veces no creemos en nosotros mismos y mucho menos en nuestros potenciales y este texto lo describe a la perfección.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo Julio David.
Aun así, el agua solo reflejó el envoltorio, y solo nuestras acciones son las que muestran quiénes somos de verdad.
ResponderBorrar¿Fue realmente un fallo? o tal vez la Matrix necesitaba el cambio en Rex, nunca lo sabremos, jé. Un abrazo capo!
ResponderBorrarEl agua y su magia...
ResponderBorrarAbrazos
Cuando no nos conocemos a nosotros mismos pasan estas cosas.
ResponderBorrarSaludos,
J.
Ahora ya conoce todo su potencial. Por fin perderá el miedo y se enfrentará a todo el mal que le rodea. Por fin será libre...
ResponderBorrarMuyyy bueno!