Una lluvia tenue acaricia el traje del piloto de una nave, la que se posó sobre lo que parecen ser los restos de la torre Eiffel. Se arrodilla y se queda mirando una cucaracha muerta. “¿Por qué llora?”, le pregunta el copiloto. “Porque los seres humanos fracasaron en todo, incluso hasta en predecir la sobrevivencia de estos bichitos”.
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