-¡Maldito murciégalo! ¡Todo es su culpa!
-Señor, se dice “murcié-lago”. Se lo voy a deletrear…
-¡Deja de corregirme! Da igual. Hay que exterminarlos a todos.
-Espere, también hay datos que indican que el pangolín infectó al murciélago.
-¡¿Pango qué?! Bueno, matémoslo también. Lo que nos amenace merece ser eliminado. Más todavía si estos animales nos declararon la guerra. Además, ¿económicamente sirve de algo mantenerlos vivos?
-Pero señor, esto provocará un desequilibrio en la naturaleza.
-Lo mismo advirtieron del delfín de río chino, el tigre de Bali, el rinoceronte negro africano. ¿Y alguien los extraña? ¡Qué más da un puto murciégalo!
-Señor, se dice “murcié-lago”. Se lo voy a deletrear…
-¡Deja de corregirme! Da igual. Hay que exterminarlos a todos.
-Espere, también hay datos que indican que el pangolín infectó al murciélago.
-¡¿Pango qué?! Bueno, matémoslo también. Lo que nos amenace merece ser eliminado. Más todavía si estos animales nos declararon la guerra. Además, ¿económicamente sirve de algo mantenerlos vivos?
-Pero señor, esto provocará un desequilibrio en la naturaleza.
-Lo mismo advirtieron del delfín de río chino, el tigre de Bali, el rinoceronte negro africano. ¿Y alguien los extraña? ¡Qué más da un puto murciégalo!
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