Josías, el desempleado, descansa en una plaza cuando ve unos billetes esparcidos por el suelo. Sin pensarlo, ayuda al afligido hombre a recogerlos el que, agradecido, le ofrece trabajo con posibilidades ambiguas de ser ciertas. “Mientras tanto, ayúdame: quédate el fajo. Lo podemos multiplicar, salir ganando los dos. Todo es legal. Aunque si caes, caes solo. Te contactaré”. Y desaparece. Sin embargo, Josías prefiere dejarle la plata a un mendigo, quien resulta ser un policía encubierto en una misión. “¡¿Pretende comprarme?! ¡¿De dónde lo conoce?!” Josías corre hasta otra plaza. Sentándose, cree haber pasado lo peor.
Lo caga una paloma.
Es legal, pero si caes, caes solo. toda situación es susceptible de empeorar. Seguro que no sólo lo seguía la policía, también la paloma.
ResponderBorrarAbrazooo
Josías necesita volver a nacer y nacer mejor.
ResponderBorrarPor eso la gente está tan deshumanizada y solo va a lo suyo. Después de eso viene la agorafobia, seguro.
ResponderBorrarAun así, mejor caer bajo los excrementos de una paloma que bajo las garras de un policía, je, je.
ResponderBorrarUn abrazo.
Jajaja desde luego de lo que no hay duda alguna, es lo inmeeensa que es tu imaginación, porque ya es difícil que alguien ayude a otro a recoger su dinero sin salir corriendo, que además ese alguien le proponga quedárselo -eso sí, con velados peligros y amenazas- pero que además decida entregárselo a un mendigo y que este resulte ser un policía encubierto jajaja es más difícil, que desde el espacio sideral nos caiga una estrella justo en la cabeza…porque lo de la paloma jajaja eso sí, es lo único normal de toda tu enloquecida historia, que como todas las tuyas será loca, pero estupenda! Abrazobeso hasta ti y mil gracias.. de corazón .. con ese sol del que hablas, creo que meencantaría tu Santiago, el de aquí ( vivo a 100km de él) es uno de los lugares donde más llueve de Galicia.. aunque precisamente estos días, dramática y tristemente, ha llovido muchísimo más en otros lugares de este país... : ( Gracias otra vez!
ResponderBorrarCreo que te va a gustar Santiago, pero vas a tener que caminar un poquito más que 100 km, pues soy de Santiago, pero de Santiago de Chile. Pero no te desanimes: todo camino, sea corto o largo, empieza con el primer paso. Pero hay que empezar. Hay que darlo. Un abrazo psicológico.
BorrarParecía un buen día jajajaja, pero noooo nooooo ha sido un buen día ese martes y 13. Qué mala suerte encontrarse con un policía encubierto. Si Josías lo que pretendía era ayudar en todo momento ay pobre. Me hizo mucha gracia ese final cuando le caga la paloma jajajaaj. Yo creo que a todos alguna vez nos ha ocurrido eso. Que un pájaro nos cague jajajaja. Lo otro no tanto.
ResponderBorrarMuy buen micro, Julio David.
Un abrazo.
Josías fue puesta a prueba, menos mal que no se le ocurrió cagarla del todo. Saludos escritor encubierto.
ResponderBorrar¿Te imaginas fuera una prueba para entrar a la fuerza policial? Por ser toda una rareza de virtudes, ingresaría ya siendo director general. Un abrazo psicológico.
BorrarQuerido Julio, parece que no fue un dia con suerte para Josías .
ResponderBorrarOtra vez será, no hay que perder las esperanzas.
Abrazos y te dejo un besito, que tengas un feliz día y por las dudas ponte un sombrero lo digo por las palomas jajaja
Julio, es lindo leerte, robas sonrisas
Gracias, Liz. Tal como el bueno de Josías, lo que gusto de robar es una sonrisa. Y lo que surja. Dos, tres, más sonrisas. Un abrazo psicológico.
BorrarSiempre sacando lo mejor de ti mismo, amigo Julio. Soltura y gratísima escritura en tu curioso relato de hoy. Afinando, logrando alcanzar notas bien ajustadas... Me encantó.
ResponderBorrarVoy y vengo en cuanto el tiempo me va abriendo paso.
Un fuerte abrazo.
Encima el recuerdo de una paloma...
ResponderBorrarUn abrazo.
Tal parece que no era un buen día para Josías. De mal en peor sus aventuras.
ResponderBorrarAbrazo
El pobre Josías no lo vio venir y el martes 13 le cayó encima. Demasiado bueno para estar tan expuesto.
ResponderBorrarGenial!