domingo, 30 de junio de 2024

Reina de Oros & As de Oros

Este tarotista, con años de circo, o sea, llevado a sus ideas, observaba esas cartas, Reina de Oros y As de Oros, que su clienta, a todas luces, las intuía brillantes. Pero el tarotista las juzgaba una equivocación: ¿Cómo esta mujer, tan mal de salud, tenía sellado en su destino sobrevivir? “Le irá bien”, respondió mintiendo. Sin embargo, para demostrarse que no estaba equivocado, empezó a seguirla a escondidas por semanas, esperándola a la salida del hospital.

El día en que ella, por primera vez, abandonó el recinto riendo como nunca, el tarotista lo entendió: las cartas no se equivocan.

sábado, 22 de junio de 2024

San Expedito

Darío iba quedándose ciego y no había cura. Aunque para su hermano, un creyente, sí: y le inundó su pieza de cuestiones místicas, sagradas, religiosas, suponiendo que, entre tanta cosa, alguna ayudaría. Pero Darío, un ateo declarado, las mandó a sacar. Luego, entregándose al sueño, pidió en su corazón solo tener más fe para sanar.

Cuando fue recuperando la vista, se dio cuenta que olvidaron retirar una estampita de San Expedito.

Hoyxhoy, Darío relata, ante todos, que una explicación lógica-científica debió mejorarlo. Pero ante nadie, estando solo, y por si las moscas, agradece a San Expedito por el favor concedido. 

jueves, 20 de junio de 2024

Una historia diferente

Descansando del peso del mundo (curioso, porque pesa más lo que no tengo, lo perdido) una abuelita se sentó a mi lado en el banco de la plaza. “Hijo, para aligerarte, tienes que escribir. Pon de cabeza el abismo, echa afuera y que caiga lo que tenga que salir”. “Ya agoté todas las historias”, respondí. Entonces, me pasó cuaderno y lápiz, y me pidió seguirla a casa. Por el trayecto, que no conocía, mi mente vagaba entre preocupada e ida: no iba pendiente de nada. Nomás quería llegar. Al hacerlo, me preguntó cuántas historias se me ocurrieron por el camino.

martes, 18 de junio de 2024

El terapéutico

Tal como vienen encadenándose los problemas diarios, un Jason inconsolable e insomne se balancea entre lo onírico y lo mal llamado real. Así, se reacomoda en la cama. Su mano queda colgando y una cosita, peluda y esponjosa, se acomoda entre sus dedos. Lo acaricia. “Hola, Moflete”, dice Jason. “¡No soy el perro!”, le responden. El duende continúa: “Aunque agradezco tu cariño. Si me permites seguir escondiendo cosas, te dejaré en paz”.

Al otro día, ni padre ni hijo menor recordaron a dónde habían dejado la rabia mutua que se tenían. Y la mamá, ni la enfermedad ni sus lágrimas. 

lunes, 10 de junio de 2024

No existe

El hombre que no existe trabaja en un trabajo que no existe. Muchas veces se frustra, pues con el sueldo que no existe, aporta lo que no existe para su casa que no existe.

Entonces, se promete y somete a una meta que no existe (porque ahí está la felicidad que no existe), para obtener y recuperar lo que no existe.

Una noche espectacularmente estrellada que no existe, un fantasma viene a espantarle su sueño que no existe, encontrándose, en cambio, al hombre que no existe escribiendo sobre lo mucho que su amor existe para la mujer que no existe.

Canción "Me encuentra" - Leonel García

sábado, 1 de junio de 2024

Cuando me llueve

En mi charco interior, tus ojos se reflejan. Otros pasos revuelven el agua, hojas caídas se acumulan, pero tus ojos se reflejan. Inclinándome hacia adentro, esta poza o espejo que, quebrándose, cayó a tierra tras pasar un avión, me devuelve imágenes, destellos del pasado: tú cantándome al teléfono, indicándome las constelaciones, encuadrando los atardeceres, tú empacando cosas... Este otoño, las noches se apuran por remolcar al Sol y meterme el sueño a cucharadas por los ojos, ignorando que mi insomnio tiene luz propia, pudiendo ver así tu ausencia, excepto en mi charco interior en donde tus ojos todavía se reflejan.

Canción "Hoy llueve, hoy duele" - Alejandro Sanz