jueves, 19 de julio de 2018

Solo

Es raro detenerse a leer el etiquetado de un shampoo. Más todavía si lo hacemos con los ojos del corazón. Hay que tocar fondo para encontrar ahí la iluminación y la promesa de un porvenir glorioso. “Cuando el alumno está preparado, aparece el maestro”. ¡Quién pensaría que mi maestro sería un shampoo! Más que maestro; un terapeuta, un chamán que ofrece una reparación profunda, un cuidado desde la raíz, un brillo extremo. Todo lo que anhelo para mi alma, concentrado en la sencillez de un envase. En la aparente sencillez.

Digan lo que digan, he aquí mi nuevo mejor amigo.

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