lunes, 27 de enero de 2025

545

Clara quería que Basilio contestara para sacarse las ganas de decirle: “¡No, yo termino contigo!”. E inmediatamente colgarle. Difícil, pues el hombre cambió de número y Clara solo recordaba que empezaba con 545. Obsesionada, cada vez que marcó, no pasó de esos tres dígitos. Al intento 45, desistió.

Sin embargo, sin saberlo, había activado un código sagrado: en este caso, recibir “regalos del universo”.

Esa tarde, viendo la lotería, se percató que lo números aparecían siguiendo el orden telefónico de Basilio. ¡Qué regalazo! Los anotó, mas no lo llamó. Es que el verdadero regalo fue otro: aprender a soltar.

5 comentarios:

  1. Nos quedamos sin saber si le tocó, o no, la loteria...
    Un abrazo

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  2. Una buena forma de iniciar el olvido.
    Un abrazo.

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  3. No hay bien que luego de un mal no venga...

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  4. Comprendo q Basilio cambiara de teléfono , tener a una Clara detrás, debe ser muy pero q muy cansino...aunq en el fondo no es nada tonta esta chica, si de verdad valora como un regalo aprender a dejar ir...Lo es. Los humanos somos demasiado posesivos, cuando lo cierto es q nadie es de nadie ...Somos pura energía y como tal , ni se crea ni se destruye, solo nos transformamos : ) ...Espera, a ver si los recuerdo... está vez en vez de besos te dejo números mucho 2526 , 838, 897 y muchos 888 ; )

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    1. María. Así como que no quiere la cosa, el 888 sí resulta ser un código sagrado. Te invito a revisarlo en internet para que te lleves la sopresa por ti misma sobre qué trata. Te va a gustar. Un abrazo psicológico.

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