Sigue en el lugar donde se desplomó. No sé qué estaba cocinando, pero por la espuma que brota de su boca y la pipa chamuscada que asoma de su mano, dudo que sufriera una sobredosis por hacer merengue. Se necesitan huevos para eso. Como los que carece. Igual le reconozco que es valiente cuando de llevar sus mentiras hasta las últimas se trata. El engaño. Por eso desconfiamos: quizás está fingiendo su muerte. ¿Para qué? Quién sabe. Mientras tanto, recorto una estatuilla Oscar. Voy a pasársela cuando se ponga de pie, más temprano que tarde. Cuando se ponga de pie.
Quizás está ensayando con el método Stanislavski...
ResponderBorrarHuevos pero sin yema. ¿saldrá igual con leche o saldrá nata?
ResponderBorrarHay que conocerse muy bien para llegar a tal grado de sofisticacion. Cualquiera que no hubiera sido él, se lo habría creido.
Abrazooo
Uff... hay verdaderos especialistas en cambiar de piel o de chaqueta. Artistas del transformismo...
ResponderBorrarMuy bueno! 👏🏼👏🏼👏🏼
Julio David, se trago sus huevos y si quedo sin ellos jajajaja, ahora si que no puede hacer merengue.
ResponderBorrarAbrazos y te dejo un besito, me robaste una sonrisa, que tengas un feliz fin de semana
Huevos en cacerola, recela muy particular. Saludos.
ResponderBorrarNunca mejor dicho: fue la interpretación de su vida, jajaja
ResponderBorrarLa práctica hace al experto.
ResponderBorrarSaludos,
J.
Si que hay que tener valor, sí. Pero también incoherencia o una llamada de atención para que otros sacrifiquen lo que tu personaje no quiere. Y egoísmo, mucho de este.
ResponderBorrarUn abrazo.
A lo mejor tiene siete vidas como los gatos.
ResponderBorrarAbrazo!