-¿Contento? -preguntó el adolescente arriba del árbol.
-¡Claro, es primavera! -respondió el árbol.
-Meses atrás parecía un palo tiritando de frío... ¿Sabe? Igual desearía ser un árbol. Y pasar de palo infértil a florecido. Pero yo no cambio. Soy puro llanto.
-Eres un árbol con patas. Si tu estación es el llanto, es tu invierno. Pero tu primavera aparece cada vez que secas esas lágrimas, como yo sacudiéndome las últimas gotas de lluvia. Y tu verano es cuando lavas tu cara al despertar tras un largo sueño. ¡Como tirarse un piscinazo!
-¿Y el otoño?
-El otoño es ese largo sueño.
Mucha sabiduría la de ese árbol.
ResponderBorrarAbrazo
En otoño muchos árboles lloran.
ResponderBorrarRenovación emocional. El ciclo de la vida.
ResponderBorrarLo reflejas de manera ¿poética?... :))))))
Abrazos Julio.
¿Sabes qué es poético? El saborcito a té que no me deja ir a la cama haciéndome creer, una y otra vez, que se viene la última taza. Un abrazo psicológico.
BorrarBueno, pues con la tercera taza de té me pillas en la mano en esta mañana de sol y alegría.
BorrarBuen soñar. Chao.
Un árbol muy sabio, seguramente por la edad más que por una sabiduría innata.
ResponderBorrarUn abrazo.
Buena manera de mostrar y encarar el otoño.
ResponderBorrarUn abrazo.
Un ábol con patas jeje me gustó eso.
ResponderBorrarHola, Julio David.
ResponderBorrarLos ciclos de la vida. El tiempo nos varia, pero al mismo tiempo, siempre conservaremos esa rama. Esa es nuestra esencia. Nuestra propia desnudez.
Es precioso.
Un abrazo.
El otoño es una estación que me parece nostálgica. Es el decir adiós al verano, que es una estación tan colorida, ahora llega el otoño la época del acogimiento, no me gusta.
ResponderBorrarBesos.
Brillante, mi amigo
ResponderBorrarPaz
Isaac
Tal y como está la cosa, sacas algo más en claro hablando con un árbol que con un humano.
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