Una mano tapó su boca. La mujer apenas pudo reaccionar. Quiso girarse pero el hombre se lo impidió. La otra mano levantó su falda, corrió su ropa interior y de pie la penetró por atrás. La mujer se dejó embestir. Fue un encuentro violento, rápido, silencioso. Al acabar, él desapareció y ella siguió en su quehacer. Primera vez que tenía sexo en la cocina.
Sin embargo ¿quién fue? Ese fin de semana los visitó el amigo de su esposo.
Encontró la respuesta quedándose un domingo de madrugada en la cocina, también de espalda, esperando a quien sea que se aparezca.
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