lunes, 30 de septiembre de 2024

Mea culpa

En nuestra última conversación, toqué un tema apenas asomando la punta del iceberg, sobre el recuerdo ese que solo sirve para poner trampas y hurgar en la llaga. Recuerdo ese que, violentamente, ocupa espacio entre nosotros, alejándonos, enemistándonos, enmudeciéndonos.

Tanto acapara el recuerdo ese, que el juego de ajedrez con que nos gustaba picarnos, lo veo vaporoso. La taza que le gustó y me regaló sabiendo que me gustaría, parece una aparición fantasma. Y los atardeceres, que siempre gustamos compartir por sus colores vivos, se han desteñido.

Quizás por el recuerdo ese, ella vaya olvidando lo que nos gustaba, desmaterializándolo.

viernes, 27 de septiembre de 2024

Ecdisis

Sigue en el lugar donde se desplomó. No sé qué estaba cocinando, pero por la espuma que brota de su boca y la pipa chamuscada que asoma de su mano, dudo que sufriera una sobredosis por hacer merengue. Se necesitan huevos para eso. Como los que carece. Igual le reconozco que es valiente cuando de llevar sus mentiras hasta las últimas se trata. El engaño. Por eso desconfiamos: quizás está fingiendo su muerte. ¿Para qué? Quién sabe. Mientras tanto, recorto una estatuilla Oscar. Voy a pasársela cuando se ponga de pie, más temprano que tarde. Cuando se ponga de pie.

miércoles, 25 de septiembre de 2024

Los ajustadores de pensamiento

Sí, son secuestradores. Pero si consideramos que estamos en una granja humana programada para que transitemos un sendero cerrado a los desvíos, bien hacen estas guías divinas aislándote del rebaño.

Supe de alguien que encerraron e implantaron un microchip en su entrecejo. Cuando abría los ojos, proyectaba recuerdos de él atormentando a sus padres para sacarles dinero y drogarse. Con tanto recuerdo desgarrador, maldijo la suposición que tenía sobre que podía transitar un puro sendero, que no había más para él, que tocó lo que tocó. “¡Moriría por disculparme con mis papás!”, repetía. 

“Interesantes palabras”, comentó un ajustador de pensamiento. 

domingo, 22 de septiembre de 2024

Renovación emocional

-¿Contento? -preguntó el adolescente arriba del árbol.
-¡Claro, es primavera! -respondió el árbol.
-Meses atrás parecía un palo tiritando de frío... ¿Sabe? Igual desearía ser un árbol. Y pasar de palo infértil a florecido. Pero yo no cambio. Soy puro llanto.
-Eres un árbol con patas. Si tu estación es el llanto, es tu invierno. Pero tu primavera aparece cada vez que secas esas lágrimas, como yo sacudiéndome las últimas gotas de lluvia. Y tu verano es cuando lavas tu cara al despertar tras un largo sueño. ¡Como tirarse un piscinazo!
-¿Y el otoño?
-El otoño es ese largo sueño.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

Ha llegado carta (8)

 Cuatro años después. Ella

Del hombre que solo supo dolerme. Con ese título postuló sus poemas a un concurso sobre Latidos Quebrados. Y se desvelaba pensando en haber presentado con fina precisión, reveladoras sentencias, evidente elegancia (como martillazos recibe un clavo para sellar un ataúd), su dolor en todas las versiones.

"El dolor", pensó. De tanto documentar la tristeza, el llanto ahogó las ya pocas ganas de escribir sobre la felicidad de ese amor. Que sí la hubo. Y fue bonita. Pero no sabe dónde la dejó.

Entonces, su desvelo fue por intentar recordar el lado luminoso del hombre que no solo supo dolerle.

Cuatro años después. Él

No quería que le doliera como le dolía, pero, paradójicamente, más perduraba. Nacemos para morir, vivimos para sufrir. El consuelo es registrar las sonrisas que reconcilian con la vida, gestos románticos que bordean abismos. Así, el olvido no existe: se alimenta de recuerdos almacenados en lugares a los que podemos acceder, los que él llama 'microrrelatos' y que reunió para participar en un concurso sobre Latidos Parchados. De tantas instantáneas que él escribió por ambos, hay una en donde ella, quedándose dormida, canta 'Ne me quitte pas' tras hacer el amor.

Porque él simplemente elige recordar que también se amaron.

Canción “Ne me quitte pas” - Jacques Brel

jueves, 12 de septiembre de 2024

Fuera del mapa


El mapa del amor está tatuado en el corazón. Cada día, la masa humana que somos nos movemos, secretamente, siguiendo trazos o intuiciones, todo por el afán de hallar el tesoro que creemos en una sonrisa inusual, ¿en una mirada que te desnuda?, la llamada o mensaje a deshora, un “me acordé de ti” que suena distinto. Igual, enamorarse es salir, mayormente, a perderse. Lo saben los pordioseros erráticos. O esos otros que volvieron a sus casas asustados y que después ni por la ventana se asoman. Con suerte les da para escribir un microrrelato de esos malos sobre esto.

Mi aporte para El bic naranja

lunes, 9 de septiembre de 2024

09.09.94

Mi amigo Árbol, plaza Beltrán Alfaro Cortés,
Villa La Tercera, La Florida

“Te recordaba más alto”. Treinta años después, visito al que fue un amigo que me hizo feliz en las alturas. Sigue igual, en la plaza, en el barrio de siempre. Solo yo me apuré en crecer y cambiar. “Y para mal”, le contaba al árbol. “No sé cómo ayudarme. Tampoco a mis papás que enferman más rápido de lo que envejecen ni menos a mi hermano menor que, de tan pequeño, no alcanzo a sacarlo del hoyo de las adicciones. ¿Dónde está la felicidad?”. Sorpresivamente, el árbol se inclina. Entiendo su invitación. Me monto. “Te recordaba más flaco”, me dijo.

Canción "Black hole Sun" - Soundgarden

jueves, 5 de septiembre de 2024

Cuando no te toca, no te toca, nomás

Tres llaves y tres puertas: roja, azul, blanca. El participante, Joshua, debe elegir llave y puerta. Y si acierta y la abre, gana lo que hay detrás de ella. Sin embargo, creyó ver al novato conductor del programa haciendo mal el movimiento, llevándolo a perder. Entonces, Joshua se la robó para estudiarla, descubriendo algo asombroso: la llave era capaz de abrir cualquier puerta, la que quisiera, ¿menos la de sus sueños? Fue así que una madrugada se coló en el canal, entró al set de tv y él mismo introdujo la famosa llave en la dichosa puerta roja.
 
Y no.