En ciertas noches, para cerrar con broche de oro un día hermoso, ponían audios de Galeano leyendo sus cuentos.
Ella, venida desde un mar en brumas y lluvias suaves, apoyaba su cabeza en el pecho de aquel nacido bajo la cordillera. En la cama hallaban un territorio compartido, entretejido, y en sus pliegues, el amor escondido.
Y justo cuando el sueño los había acurrucado, el maestro les relataba un microrrelato al que le tenía especial aprecio, uno sobre una pareja que, en ciertas noches, para cerrar con broche de oro un día hermoso, ponía audios de Galeano leyendo sus cuentos.
Que forma más fantástica de concluir el día.
ResponderBorrarUn abrazo.
Seguro que finjian dormir. A ver como sino como iban a saber lo que tenían que hacer.
ResponderBorrarAlgún día se darán cuenta de que no son personas sino personajes?
Abrazooo
Y así en espiral hasta que Galeano y ellos se volvían locos.
ResponderBorrarÉ bom unir as pessoas em torno de objetivos comuns.
ResponderBorrarAbraço de amizade.
Juvenal Nunes
Una imagen idílica de cómo sería habitar en el Paraíso al arrullo de las sabias palabras del maestro Galeano. Un broche de oro sin lugar a dudas. Saludos
ResponderBorrarUn bucle, pero no el de la eterna condena...
ResponderBorrarhermosa parábola del tiempo, o es lo que yo entendí
ResponderBorrarsaludos del futuro...
Autoreferecia o circular micro, las palabras y los maestros juegan a las apuestas
ResponderBorrarBuena jornada, abrazos 😊
Para enmarcar. Qué agregar? excepto abrazo, amigo!!
ResponderBorrarTu texto es un hermoso bucle literario, un fractal de amor y palabras que se repite en la eternidad de la narración. La imagen de Galeano susurrando relatos a los soñadores es conmovedora, un tributo a la magia de la literatura que acompaña y arropa.
ResponderBorrarSaludos, poeta.
Formidable, como un fractal interminable
ResponderBorrarPaz
Isaac
Así se cerraba el círculo.
ResponderBorrarUn abrazo.
Qué bueno saber que también te dedicas a hacer guiones de cortometrajes, que os vaya bien y enhorabuena. Feliz junio.
ResponderBorrarInma. Y yo feliz de recibir tus buenos deseos. Muchas gracias. Y muchas musas para ti. Un abrazo psicológico.
BorrarExcelente relato, Julio. Bello y poético!
ResponderBorrarAbrazo.
Galeano siempre es un precioso broche de oro para cualquier día , si demás fue hermoso y lleno de amor , eso lo convierte es un maravilloso sueño al q Galeano se asoma para colocarle desde dentro, su mágico broche ; ) Abrazo fuerte ...y para Galeano otro, en esa eternidad donde habita de l q tú nos regalas fractales : )
ResponderBorrarInfinito, como una cinta de Moebius amorosa.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo, amigo
Interesante el fractal; a modo de acertijo, también te lo digo. Tienes una mente acelerada y me gusta leerte.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo Julio David y buen finde :)
Gumer, muchas gracias. ¡Feliz sábado!
BorrarQué prolífico sos, cada vez más nos das sorpresas. Un gusto saludarte desde Colombia. ¡Qué me recomiendas leer de Bertoni? No lo tengo en mi radar. Saludos.
ResponderBorrarGuillermo, te agradezco tus amables palabras.
BorrarDe Claudio Bertoni, bueno, creo que podrías conectar con él a propósito de los Beatles, el jazz, Louis que se lee en tu entrada "La música está ahí", con su libro "No faltaba más".
Un abrazo psicológico.
Y la historia se repite una y otra vez..., arrullados por los cuentos de Galeano.
ResponderBorrarAbrazos
Esa nostalgia que transmites...
ResponderBorrarUn abrazo poeta!
Oh! Qué bonito te ha quedado! Las historias maravillosas deberían repetirse hasta la eternidad.
ResponderBorrarGalilea, es ahí que he dejado este recuerdo: en manos de la eternidad. Fue un inolvidable amor bloguero. Pero debo avanzar. Un abrazo psicológico.
BorrarOtro dia leyeron el cuento del niño al que cierto sacerdote llevó a conocer el mar... Y al despertarse se estaban bañando en sus aguas azules...
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