domingo, 29 de diciembre de 2024

Corrector de Whatsapp (5)

Entro caja al 2025. Fuimos una sola arma por tanto, que desapegarnos fue tocar suelo y pisar mal.

La respuesta es simple: la gata, guiada por nuestra estrella solitaria, transitó por la última cata, el último corralón, y partió a acurrucarse al regazo de Hércules. El mañana sutura talleres que la asientan.

Más que proyecto de vida, ella era la vida en mi día a día. De magullada y al teléfono su amortiguador, mis brumas malas, el amenazar, las gracias.

¿Entro caja al 2025? Pues decreto recuperarme de eso, mientras escribo esto a la tuna como antes a mi galleta.

miércoles, 25 de diciembre de 2024

El saco vacío

Zacarías, apurado, insistió en levantar los platos de la mesa. Después, ayudó a recostar a sus padres frente al árbol de pascua. La idea era que ellos le dieran la espalda a su hijo para que Zacarías tuviera tiempo de disfrazarse de Viejito Pascuero. Con barba, panza y toda la parafernalia. 
“¡Feliz Navidad!” (con vozarrón impostada). "Dense vuelta” (y una risa también impostada). Transpiraba. Los papás giraron, gritaron. Pero sus mordazas, sus manos amarradas... Zacarías, de la bolsa sin juguetes, extrajo una carta escrita por él en 2024, cuyo único deseo para esta Navidad es: “Por favor, una familia unida”.

jueves, 12 de diciembre de 2024

En este sueño (2)

En mi fila, hombres esperaban entrar a un escenario onírico donde iban a imaginarse o a recordar su pelo largo. Entonces, un Hola me hizo girarme. Era la recurrente. “¡Te atrapé!”, gritó. “Hasta cuando no te busco, te encuentro”, le dije. “Es que ahora soy yo la que está soñando contigo”. “No, aquí estoy solo con mi inconsciente”. La recurrente se puso a reír. “Entre el entrelazamiento cuántico y las galaxias conectadas por una red de materia oscura, ¿el señorito ego se cree una isla?"

Me pidió que tomara su mano. Al hacerlo, desperté: persistía su calorcito entre mis dedos. 

martes, 10 de diciembre de 2024

Crecer es, paradójicamente, limitante

Se burlaban de Lucas diciéndole que vivía en la Luna. ¿Por distraído? No, por fantasear. Así, prefería pasársela solo. Cierta tarde, en el patio, observó a un gusano entrar por un agujero. Cuando levantó la vista, un astronauta, también llamado Lucas, estaba frente a él. “Me echaron de la Estación Espacial Internacional -explicó el visitante-. Dijeron que vivía en la Tierra”.

El Lucas adolescente preguntó: “¿Por qué no estamos alineados con el universo? Si es infinito, también deberíamos pensar en grande, ¿no?”

El Lucas adulto, astronauta, nomás pensaba dónde habría una playa cerca para meter los pies en la arena.

Canción "Caravan" - Rush

domingo, 8 de diciembre de 2024

Manifestación consciente

“¡Me quiero morir!” Por primera vez se lo dijo en voz alta. Además, rabiosa. Tanto, que se asustó, aunque cuando lo piensa es valiente repitiéndoselo. Joven todavía para tener Alzheimer, pero sola si acaso hubiese duendes haciéndole jugarretas. ¡No, qué va! Lo único cierto es que el servicio y la loza habían desaparecido. Fue al living. También los muebles. No había nada para nadie, como si ella tampoco estuviera. “Pero hoy no”, dijo calmada, entendiéndolo. “De hecho, me quiero dar un gustito. Me lo merezco. Comer carne asada, por ejemplo”. En su mano se materializó un cuchillo y un tenedor.

martes, 3 de diciembre de 2024

Apurar el olvido fortalece el recuerdo

Los familiares aconsejaban a Lázaro que respete el proceso y deje morir naturalmente al árbol (encorvado, seco, desnudo). Cuarenta años ha estado en casa de sus papás; casa que Lázaro heredó. Pero él llegó para cambiarlo todo, pues se enemistó con sus padres en sus últimos años de vida. Y de un plumazo quería olvidarlos. Así que, desoyendo recomendaciones, sierra en mano, Lázaro lo echó abajo. Pero impactado, al día siguiente, vio proyectada su sombra. Y en sus mejores años, cuando estaba chascón, erguido, robusto. Es que cuando lo plantó el papá y lo regó la mamá, ellos eran jóvenes.

miércoles, 27 de noviembre de 2024

Saber sintonizar

La niña de una casa olvidada por Dios, giraba la perilla de una radio vieja. De pronto, la desatornilló. Desconcertada, la escondió, olvidándola.

La radio quedó fija en un dial que transmitía puras malas noticias. Y el papá, entre más se informaba, más inminente veía el fin y más raro al vecino. Decidida, la esposa tomó la radio pero el esposo también y la tiró hacia él con fuerza, estrellándola. El impacto cambió el dial, sintonizando un programa que celebraba cómo disminuyó la criminalidad. 

El hombre miró por la ventana. Pasaba el vecino. Lo saludó. No se veía tan raro.

jueves, 21 de noviembre de 2024

La reserva oculta

En Afar, Etiopía, donde la sed mata, una modesta organización humanitaria (con más entusiasmo que planificación), instaló una tienda para repartir botellas de agua a los pobladores, entre ellos Solomon. Él, como pudo, pasó al frente entre gente agolpada, enrabiada, pidiendo, exigiendo, arrebatando envases. Cuando la coordinadora les informó que alcanzaron el límite del día, los reclamos pasaron a ser amenazas. Muchos se retiraron ofendidos, pero Solomon, no. Con las manos vacías y la boca seca, dijo: “Gracias por regalarnos agua”. La coordinadora asintió. Tomó cuatro botellas de la reserva del equipo y, entregándoselas, dijo: “Ten una por cada palabra”.

martes, 19 de noviembre de 2024

Resonancia & RResonancias

Deambulaba ausente por la casa. Este sesentón cascarrabias fue melancolizándose, embriagándose de tristeza por su enfermedad. 

Una mañana notó que los pájaros, en amaneceres nublados, cantaban más alegres, revitalizados. Se propuso imitarlos, para vibrar como ellos en la misma nota de alegría sanadora. Pero al tercer día, sintiéndose ridículo, desistió. Cuando cerraba la ventana, un zorzal, con la patita herida, aterrizó sobre el marco, expectante. Entonces el hombre redefinió lo imposible, carraspeó, tomó aire y ¡explotó a carcajadas! (Y luego sí, ambos formaron un coro al alba). 

Tiempo después, entre cantos y risas, el excascarrabias y el zorzal fueron recuperándose.

viernes, 15 de noviembre de 2024

Lo que no se dice


Cuando volvió del hospital, yo ya sabía su diagnóstico. No pregunté cómo le fue sino cómo se siente. “Mal”, respondió. Silencio en la cocina. Volví a reconocerlo en su rol de proveedor, cuando me ofreció comer chuleta. Luego, si se desahogó con alguien, fue cantándole a la perrita.

Nosotros, que solo nos abrazamos para los años nuevos, que hablamos más cuando discutimos, que rara vez nos invitamos a salir; me significa un desafío escalar su coraza (antes que él parta a la guerra), alcanzar su cima y encontrar lo que cuida y resguarda.

¿Quién conoce el corazón de su padre?

Imagen de Atrapalabras

domingo, 10 de noviembre de 2024

La cena progre

Una tormenta eléctrica. Un corte. Y una mano que rasga el aire con un cuchillo y se clava en un invitado. Vuelve la luz. El mango sobresale de la espalda de la víctima. El veredicto, unánime: fue el mayordomo. Aunque no hay mayordomo. Empezamos a culparnos, dejando afuera: afroamericanos, homosexuales y mujeres. O sea, nomás me culpaban a mí, el hombre heteronormativo. Iban a lincharme, hasta que escuchamos el llanto de la JAMÁS SEÑALADA: la

lesbiananegraveganafeministaconunoskilitosdemás.

Transmitiendo por Instagram, ella confesó matarlo por reírse cuando le sirvieron leche entera en vez de soya. Del otro lado, sus seguidores: “¡Bien, empodérate!”

Más progresía en El supermercado progre

sábado, 2 de noviembre de 2024

En un afán por olvidar

Intento contactar extraterrestres con una linterna: esto no me recuerda a nada vivido así antes. Unos contactados (seres tipo Generación de Cristal-Generación Z) se ofenden, declarándonos la guerra.

Entre despedidas, dedico un último microrrelato. Esperanza, tras leerlo, afirma que la fleché, halago que no me recuerda a nadie como ella. “¿Esperamos el fin juntos?” Esa noche la penetro, experimentando una satisfacción que no me recuerda a nadie como ella. 

Por amor, enfrento a los atacantes: esto no me recuerda a nada vivido así antes. Pero los invasores solo invaden las redes con un #CancelEarth.

Mi risa me recuerda a quien soy.

Canción "Doesn't remind me" - Audioslave

miércoles, 30 de octubre de 2024

Cualquier día puede ser martes 13

Josías, el desempleado, descansa en una plaza cuando ve unos billetes esparcidos por el suelo. Sin pensarlo, ayuda al afligido hombre a recogerlos el que, agradecido, le ofrece trabajo con posibilidades ambiguas de ser ciertas. “Mientras tanto, ayúdame: quédate el fajo. Lo podemos multiplicar, salir ganando los dos. Todo es legal. Aunque si caes, caes solo. Te contactaré”. Y desaparece. Sin embargo, Josías prefiere dejarle la plata a un mendigo, quien resulta ser un policía encubierto en una misión. “¡¿Pretende comprarme?! ¡¿De dónde lo conoce?!” Josías corre hasta otra plaza. Sentándose, cree haber pasado lo peor.

Lo caga una paloma.

viernes, 25 de octubre de 2024

(NO) Como la vida misma


Un escolar llega contando que su tarea se la comió un cocodrilo. No, no un perro. Lo deletreo: co-co-dri-lo. Todo porque toma atajos por un pantano para no llegar tarde al colegio (la de levantarse temprano no se la sabe, parece). Esta vez la mochila se desfondó y al agua cayó su cuaderno de matemáticas. Entre otros. "¡Excepto el que usa para escribir microrrelatos!", afirma la profesora. El escolar sonríe. "¿Qué es tan chistoso? ¿Ah? ¿Acaso me cree tonta, Julio David?". "No. Lo que pasa es que después de tanto, al fin puedo contar una historia con un final feliz".

Imagen de Atrapalabras

miércoles, 23 de octubre de 2024

Y vendrán plácidos domingos

Irónicamente llamado Plácido Domingo, este revoltoso martes en la madrugada, tras meses en la misma, ahora no iba a ser distinto armando sus escándalos, arrancando costras pasadas para revictimizarse, insultando, culpando a los padres por drogarse y autodestruirse. Aunque, esta vez, a Domingo lo arrestaron, ¡aleluya!, por ruidos molestos.

Camino a la patrulla, unos vecinos aplaudieron y pronto hizo ovación todo el barrio. La noticia se viralizó y hasta los astronautas de la EEI celebraron aplaudiendo. Es más, el primer mensaje oficial extraterrestre recibido por la humanidad, nos llegó ayer: desde la galaxia Andrómeda nos dieron las gracias por callarlo.

martes, 22 de octubre de 2024

La manivela

Nunca reparé en la manivela que sobresale de la pared en un pasaje, hasta que vi a un tipo moviéndola a medianoche. Me miró sin inmutarse. Tampoco me inmuté, pero por no saber cómo reaccionar. “Si te explico, no te asustarás”, dijo. Me acerqué. “Cuando giro esta manivela, doy cuerda al mundo. Lo hago girar, también”. Jugando, le pregunté si acaso cuestiones como el sufrimiento, con todas sus caras, persiste gracias a esto. Se encogió de hombros, para luego afirmarme ser Dios y que solo hace su trabajo. Entonces, arranqué el aparatito de la pared y lo agarré a manivelazos.

lunes, 21 de octubre de 2024

Perdonémonos

Seguiré pensando que te quiero, como cuando fuiste huésped en mi cuerpo y yo lo fui en el tuyo. ¿Pensándolo? Más bien sintiéndolo, hasta que la realidad se imponga en mi cansado, ojeroso, trasnochado sentimiento. Igual, para vencer distancias, me receto atardeceres que te acercan y veo azules pues, invariablemente, me llevan a tus ojos. 
 
A veces puedo con tu ausencia materializada en esta taza de té envuelta por mis manos, pero ¿qué hago con este "perdonémonos" atorado? Tal vez escribirlo, que añeje como el vino y, ya reposado, nos muestre una reconciliación nueva que nos alegre con pequeñas alegrías.

jueves, 17 de octubre de 2024

La cuerda blanca poseída


Donato, mi hermanito, se sabía un gran curioso, un ardiente aventurero, hasta que encontró una cuerda blanca que lo obsesionó, trastornó. 

El absurdo llegó cuando, amarrándose los pies a una viga, se lanzó sobre la mesa. Tendido boca abajo, arrasó con la comida. “¡Me siento vivo! ¡Quiero más!”, gritó. Emputecido, me subí a desamarrarlo. Mis papás conmigo. Donato nos insultaba pero, pronto, viendo nuestro sufrimiento, él mismo aflojó el nudo y cayó al suelo. Al incorporarse, un hilo de baba proveniente de arriba se posó en su boca. Entonces, alzamos la vista: un hombre, ahorcado, colgaba de la misma cuerda.

martes, 8 de octubre de 2024

Este microrrelato se cancela

Hoy, ocho meses después, mientras el elenco del microrrelato ensayaba, el protagonista llega tarde al set y, por diversión o maldad, arma un avioncito con mi guion y lo tira lejos. "¡¿De nuevo voy a interpretar al nostálgico quejoso?! -gritó-. ¡¿Sabes que puedo -y necesito- explorar otros temas, otros papeles?!". Agarra mi taza de té, afortunadamente tibia, y la vacía en mi cara. "¡Anda! ¡Ela xa non te quere! ¡Esquecela!". Exhausto, se sienta en el escenario y agrega: "No puedo más con este dolor".

Nadie supo si hablaba del personaje, de sí mismo o de sí mismo y de mí.

Ocho meses desde Los atípicos

lunes, 7 de octubre de 2024

No hallar los versos que nos contengan (y retengan)

Primera vez desnudos, como las palabras que nos convocaron, y nos revolcamos para abrazar toda diferencia, material morboso de tanta novela romántica. Afuera, la tarde caía ahogada sobre un mundo enmascarillado. Adentro, nuestro amor tomaba aire.

Besé esa lágrima rodando por su nariz vanidosa y respeté lo que callaba. Y así, callada, se inclinó invitándome a crear un Big Bang humano...

- - -

Pero espera, ¿te acuerdas? ¿Dándole voz a los cuerpos sobre el sofá y la mesa o conociéndonos mejor al mirarnos? 

¡Ay soledad mía! Vivimos lo mismo, pero por solo registrarlo yo, donde termina mi memoria, no empieza la tuya.

sábado, 5 de octubre de 2024

Martes 5 de octubre de 2004

Limpiándose, ella, la última lagrimita del día o la vida, encuentra en la cocina, instalado en la mesa, a Jesucristo. Sin apariciones dramáticas porque, sin más espectadores, ¿pa qué? La invitó a sentarse como si más que Jesús, fuera Pedro por su casa. “Tanto pediste por mí, dijo Jesús, que aquí me tienes. Vamos con tu trámite, ¡PERO ANTES! -y no es excusa, lo juro por quien tú sabes-, tráete dos vasitos con agua para amenizar la conversación”. La mujer, sospechando, le advirtió que lleva 20 años sobria. Entonces Jesús, abalanzándose sobre ella, le exclamó: “¡Enséname a hacer ese milagro!”.

miércoles, 2 de octubre de 2024

Otra Luna

Un jovencito se acerca a uno de los amigos de su papá y le pregunta por qué lleva tantas noches sin salir a mirar las estrellas o por qué no ha usado el telescopio que se compró. “No necesito usarlo. La Luna que quería estudiar, con la que buscaba relacionarme, era la anterior, no esta”. El muchacho, sin entender mucho, dice: “Yo siempre veo la misma”. “Quizás para ti -le responde-. Pero hay una Luna para cada corazón. Y la que tengo sobre mi cabeza, desde que estoy solo -se inclina susurrándole-, no es la misma Luna que me quiso”.

lunes, 30 de septiembre de 2024

Mea culpa

En nuestra última conversación, toqué un tema apenas asomando la punta del iceberg, sobre el recuerdo ese que solo sirve para poner trampas y hurgar en la llaga. Recuerdo ese que, violentamente, ocupa espacio entre nosotros, alejándonos, enemistándonos, enmudeciéndonos.

Tanto acapara el recuerdo ese, que el juego de ajedrez con que nos gustaba picarnos, lo veo vaporoso. La taza que le gustó y me regaló sabiendo que me gustaría, parece una aparición fantasma. Y los atardeceres, que siempre gustamos compartir por sus colores vivos, se han desteñido.

Quizás por el recuerdo ese, ella vaya olvidando lo que nos gustaba, desmaterializándolo.

viernes, 27 de septiembre de 2024

Ecdisis

Sigue en el lugar donde se desplomó. No sé qué estaba cocinando, pero por la espuma que brota de su boca y la pipa chamuscada que asoma de su mano, dudo que sufriera una sobredosis por hacer merengue. Se necesitan huevos para eso. Como los que carece. Igual le reconozco que es valiente cuando de llevar sus mentiras hasta las últimas se trata. El engaño. Por eso desconfiamos: quizás está fingiendo su muerte. ¿Para qué? Quién sabe. Mientras tanto, recorto una estatuilla Oscar. Voy a pasársela cuando se ponga de pie, más temprano que tarde. Cuando se ponga de pie.

miércoles, 25 de septiembre de 2024

Los ajustadores de pensamiento

Sí, son secuestradores. Pero si consideramos que estamos en una granja humana programada para que transitemos un sendero cerrado a los desvíos, bien hacen estas guías divinas aislándote del rebaño.

Supe de alguien que encerraron e implantaron un microchip en su entrecejo. Cuando abría los ojos, proyectaba recuerdos de él atormentando a sus padres para sacarles dinero y drogarse. Con tanto recuerdo desgarrador, maldijo la suposición que tenía sobre que podía transitar un puro sendero, que no había más para él, que tocó lo que tocó. “¡Moriría por disculparme con mis papás!”, repetía. 

“Interesantes palabras”, comentó un ajustador de pensamiento. 

domingo, 22 de septiembre de 2024

Renovación emocional

-¿Contento? -preguntó el adolescente arriba del árbol.
-¡Claro, es primavera! -respondió el árbol.
-Meses atrás parecía un palo tiritando de frío... ¿Sabe? Igual desearía ser un árbol. Y pasar de palo infértil a florecido. Pero yo no cambio. Soy puro llanto.
-Eres un árbol con patas. Si tu estación es el llanto, es tu invierno. Pero tu primavera aparece cada vez que secas esas lágrimas, como yo sacudiéndome las últimas gotas de lluvia. Y tu verano es cuando lavas tu cara al despertar tras un largo sueño. ¡Como tirarse un piscinazo!
-¿Y el otoño?
-El otoño es ese largo sueño.

miércoles, 18 de septiembre de 2024

Ha llegado carta (8)

 Cuatro años después. Ella

Del hombre que solo supo dolerme. Con ese título postuló sus poemas a un concurso sobre Latidos Quebrados. Y se desvelaba pensando en haber presentado con fina precisión, reveladoras sentencias, evidente elegancia (como martillazos recibe un clavo para sellar un ataúd), su dolor en todas las versiones.

"El dolor", pensó. De tanto documentar la tristeza, el llanto ahogó las ya pocas ganas de escribir sobre la felicidad de ese amor. Que sí la hubo. Y fue bonita. Pero no sabe dónde la dejó.

Entonces, su desvelo fue por intentar recordar el lado luminoso del hombre que no solo supo dolerle.

Cuatro años después. Él

No quería que le doliera como le dolía, pero, paradójicamente, más perduraba. Nacemos para morir, vivimos para sufrir. El consuelo es registrar las sonrisas que reconcilian con la vida, gestos románticos que bordean abismos. Así, el olvido no existe: se alimenta de recuerdos almacenados en lugares a los que podemos acceder, los que él llama 'microrrelatos' y que reunió para participar en un concurso sobre Latidos Parchados. De tantas instantáneas que él escribió por ambos, hay una en donde ella, quedándose dormida, canta 'Ne me quitte pas' tras hacer el amor.

Porque él simplemente elige recordar que también se amaron.

Canción “Ne me quitte pas” - Jacques Brel

jueves, 12 de septiembre de 2024

Fuera del mapa


El mapa del amor está tatuado en el corazón. Cada día, la masa humana que somos nos movemos, secretamente, siguiendo trazos o intuiciones, todo por el afán de hallar el tesoro que creemos en una sonrisa inusual, ¿en una mirada que te desnuda?, la llamada o mensaje a deshora, un “me acordé de ti” que suena distinto. Igual, enamorarse es salir, mayormente, a perderse. Lo saben los pordioseros erráticos. O esos otros que volvieron a sus casas asustados y que después ni por la ventana se asoman. Con suerte les da para escribir un microrrelato de esos malos sobre esto.

Mi aporte para El bic naranja

lunes, 9 de septiembre de 2024

09.09.94

Mi amigo Árbol, plaza Beltrán Alfaro Cortés,
Villa La Tercera, La Florida

“Te recordaba más alto”. Treinta años después, visito al que fue un amigo que me hizo feliz en las alturas. Sigue igual, en la plaza, en el barrio de siempre. Solo yo me apuré en crecer y cambiar. “Y para mal”, le contaba al árbol. “No sé cómo ayudarme. Tampoco a mis papás que enferman más rápido de lo que envejecen ni menos a mi hermano menor que, de tan pequeño, no alcanzo a sacarlo del hoyo de las adicciones. ¿Dónde está la felicidad?”. Sorpresivamente, el árbol se inclina. Entiendo su invitación. Me monto. “Te recordaba más flaco”, me dijo.

Canción "Black hole Sun" - Soundgarden

jueves, 5 de septiembre de 2024

Cuando no te toca, no te toca, nomás

Tres llaves y tres puertas: roja, azul, blanca. El participante, Joshua, debe elegir llave y puerta. Y si acierta y la abre, gana lo que hay detrás de ella. Sin embargo, creyó ver al novato conductor del programa haciendo mal el movimiento, llevándolo a perder. Entonces, Joshua se la robó para estudiarla, descubriendo algo asombroso: la llave era capaz de abrir cualquier puerta, la que quisiera, ¿menos la de sus sueños? Fue así que una madrugada se coló en el canal, entró al set de tv y él mismo introdujo la famosa llave en la dichosa puerta roja.
 
Y no. 

sábado, 31 de agosto de 2024

Con los pies en la tierra

“Al fin, con orgullo, puedo decir que vivo con los pies en la tierra”. Con estas palabras, José terminó el discurso con que se graduó, tras un año de sobriedad, en el centro de rehabilitación.

En casa le esperaba una fiesta sorpresa. No es para menos. Y José, que estaba sensible, lo lloró todo. Y lo agradeció todo. Y se comprometió, por un mejor futuro, con todo. Tan sensible andaba, que cuando sentados a la mesa empezó un temblorcito, nada grave, José, por no haber tenido los pies en la tierra durante tantos años, fue el único que salió arrancando.

& Alís

miércoles, 28 de agosto de 2024

El cachorro

El cachorro, mientras buscaba a su hermanito (debía estar en la caja donde fueron abandonados), ve que un tipo, Jonás, sería atropellado. Pero, ladrándole, salvó su vida. Agradecido, lo llevó a su casa. “Ahora me toca cuidarte yo a ti, cachorro”, dijo entrando a la pieza. La mascota se fijó en una foto donde aparecía Jonás y un desconocido (¿Será su hermano? ¿También estará perdido?). Como era un solitario, Jonás intentó conectar, jugar con su nuevo amigo, pero el can, cansado, no respondía. Finalmente, Jonás se durmió. Entonces, el perrito se le acercó y pensó: “También voy a cuidarte, cachorro”. 

sábado, 24 de agosto de 2024

Nones

Enojado con la vida, Javier quebraba una pila de ramas con un palo. Únicamente quería conseguir como sea esos $5 mil pesos. Noche desolada, calles fantasmas. Ah, pero esa mujer de allá. Corrió, la amenazó con el palo y robó lo que necesitaba. De vuelta, tropezó y cayó sobre las mismas ramas con las que hace un rato se desquitaba. Una le atravesó el hígado. Perdió. Se arrastró hasta una iglesia cercana para morir ante un Cristo de yeso. Pidió perdón y ser recordado, como un santo, a su lado.

Al otro día fue encontrado a 38 km del lugar.

domingo, 18 de agosto de 2024

Zopiclona

Llega la noche y Jeremías, al borde de la cama, piensa, aliviado, en lo inevitable: no recibirá, por fin, el amanecer que viene. Apoya la punta del arma en su frente, como el más fervoroso de los creyentes un rosario.

Después, se pone el pijama. Se acuesta mirando al cielo. No demora en dispararse en el ojo.

Pero despierta. Como si nada. Y el reloj le cuenta que han pasado apenas 20 minutos. “Calma”, se repite Jeremías, “quizás era esperable”. Y por eso tampoco demora en dispararse en el otro ojo.

Terrible, sí.

Esto del insomnio es una cosa terrible. 

miércoles, 31 de julio de 2024

El día de mi entierro

Desnudo (siguiendo el tono “menos es más”, saldré barato) o en calzoncillo, total nadie lo notará y menos si hace frío. ¡Ah, importante!: traigan cualquier dispositivo de audio y pongan bien alto canciones de moda adolescente, porque ¿y si tengo catalepsia y resucito? Igual después les tiraré el juguetito con lo que llaman música bien lejos, eso sí. Dentro de mi ataúd, biodegradable, vuelquen mis microrrelatos. Así, arqueólogos del futuro se creerán el cuento, ya sea un rato, que hallaron escritura sagrada. ¿Ven? Barato. Aunque bueno, quizás lo que más les cueste sea enterrarme a los pies de un bonsái.

lunes, 29 de julio de 2024

El amor los va a salvar

39 años juntos. Dos pequeños y una hija que trascendió. El hombre culpó a su pareja por la partida de la infante; descolocándola, empujando a la mujer al adulterio y entregándose, así, al alcohol. Él, refugiándose, desapareciendo en el trabajo. El hijo mayor, responzabilizándose, esporádicamente, por la casa. El menor, procesando traumas y rencores que, después, volcó contra su familia.

Poco se querían. Menos se lo decían. ¿Qué esperaban?

Semana pasada, el esposo cayó hospitalizado por neumonía. Como apenas hablaba, el paciente, al ver que lo visitó la esposa, le escribió con el dedo índice en el aire TE AMO.

martes, 23 de julio de 2024

No recuerdo si este microrrelato lo había publicado

Vengo adquiriendo, regularmente, un medicamento para dormir que se vende como pan caliente, por efectivo y barato. Y hoy, la químico farmacéutica que me atiende siempre, me preguntó si lo tomaba solo yo.  “¡Claro que no! -respondí-. Le convido a familiares también con insomnio”. Asintió sin convencerse, para luego explicarme que su consumo excesivo puede afectar la memoria. “¿Y usted -pregunté- le hace al...?”. “¡Claro que no! -respondió-. Practicando yoga induzco el sueño”. Inmediatamente, una señora en la fila, impaciente, muy mosqueada, nos comenta que esta es la tercera vez que nos escucha repetir la misma conversación desde que llegó.

Canción “La pastilla de tus sueños, Pt. 1” - Epilogio

miércoles, 17 de julio de 2024

Días de andar medio muerto

Me levanto del banco de la plaza y una mano, la del mendigo (que evitaba), reposa en mi muslo invitándome a quedarme. Se la tomo y aparto. "¡La tienes congelada!", dijo. "El invierno”, respondí yéndome. Presuroso, el extraño se me cruza. Le doy monedas, estirándole mi brazo. Con determinación, el mendigo agarra mi muñeca y se pega a mí. "¿Será solo por el invierno?", preguntó... Entonces, lo abrazo y confieso que desde que ella decidió dejar de buscarme; evito los espejos, me pierdo en las calles, los niños me miran asustados y en la casa los perros me reciben aullando.

sábado, 6 de julio de 2024

El plato

Primera parte

¿Qué te pasó, Iván? Esperaba encontrarme un cura, pero me abre la puerta un hippie. No desarreglado, no, ordenadito: empezando por su conocimiento sobre distintas corrientes espirituales. Sonrío y le digo que lo imagino desparramando su fe en cualquier cosa. “Exacto”, responde. “Como en este plato: te puede salvar la vida. Pero no es el plato, es tu fe canalizando. Así lo atraes, trabajan juntos, entregándole un poder que viene de ti". Después, me pide subir a una bicicleta sin frenos que tenía. Y agrega: “Pedalea hacia esa pared y, sin parar, ten fe que no te estrellarás contra ella”. 

Segunda parte

"Hombre de poca fe", me dirá culpándome cuando me vea estampado como mosca. ¡No, no me estrellaré contra ella!, me repito conforme aumenta mi pedaleo. ¡Verdad, el plato! Mis esfuerzos no deben estar puestos en la pared, sino volcados en la bicicleta, el instrumento para expresar mi fe. ¿O en un plato? Bien, pongámonos raros, qué más da. ¡Pero con fe! "Hombre de mucha fe", me diría Iván, pues ¿cómo podría salvarme un plato? Justo entonces me pego un tortazo, leve pero tortazo: no con la pared, sino que con un camión que salió de la nada y transporta vajilla. 

miércoles, 3 de julio de 2024

El último arconte

Cercanos al afelio, los humanos, quienes básicamente oscilamos entre euforia y desesperanza, nos arreglamos para seguir moviendo los engranajes del mundo mecánicamente. Para sacudirnos la apatía, nos informamos de noticias infaltables (y que hacemos virales), sobre delitos, crímenes, guerras; aumentando el terror a que el Reloj del Apocalipsis marque la medianoche. Entonces, nos emborrachamos y drogamos para que, sufriendo, olvidemos que sufrimos. 

El día del afelio, apareció en los cielos una mano colosal que, por empuñarse antes, casi atrapa al planeta. Era la de un arconte, extraterrestre que se alimenta de nuestras aflicciones. Y crece. Y en profundidades cósmicas, espera.

domingo, 30 de junio de 2024

Reina de Oros & As de Oros

Este tarotista, con años de circo, o sea, llevado a sus ideas, observaba esas cartas, Reina de Oros y As de Oros, que su clienta, a todas luces, las intuía brillantes. Pero el tarotista las juzgaba una equivocación: ¿Cómo esta mujer, tan mal de salud, tenía sellado en su destino sobrevivir? “Le irá bien”, respondió mintiendo. Sin embargo, para demostrarse que no estaba equivocado, empezó a seguirla a escondidas por semanas, esperándola a la salida del hospital.

El día en que ella, por primera vez, abandonó el recinto riendo como nunca, el tarotista lo entendió: las cartas no se equivocan.

sábado, 22 de junio de 2024

San Expedito

Darío iba quedándose ciego y no había cura. Aunque para su hermano, un creyente, sí: y le inundó su pieza de cuestiones místicas, sagradas, religiosas, suponiendo que, entre tanta cosa, alguna ayudaría. Pero Darío, un ateo declarado, las mandó a sacar. Luego, entregándose al sueño, pidió en su corazón solo tener más fe para sanar.

Cuando fue recuperando la vista, se dio cuenta que olvidaron retirar una estampita de San Expedito.

Hoyxhoy, Darío relata, ante todos, que una explicación lógica-científica debió mejorarlo. Pero ante nadie, estando solo, y por si las moscas, agradece a San Expedito por el favor concedido. 

jueves, 20 de junio de 2024

Una historia diferente

Descansando del peso del mundo (curioso, porque pesa más lo que no tengo, lo perdido) una abuelita se sentó a mi lado en el banco de la plaza. “Hijo, para aligerarte, tienes que escribir. Pon de cabeza el abismo, echa afuera y que caiga lo que tenga que salir”. “Ya agoté todas las historias”, respondí. Entonces, me pasó cuaderno y lápiz, y me pidió seguirla a casa. Por el trayecto, que no conocía, mi mente vagaba entre preocupada e ida: no iba pendiente de nada. Nomás quería llegar. Al hacerlo, me preguntó cuántas historias se me ocurrieron por el camino.

martes, 18 de junio de 2024

El terapéutico

Tal como vienen encadenándose los problemas diarios, un Jason inconsolable e insomne se balancea entre lo onírico y lo mal llamado real. Así, se reacomoda en la cama. Su mano queda colgando y una cosita, peluda y esponjosa, se acomoda entre sus dedos. Lo acaricia. “Hola, Moflete”, dice Jason. “¡No soy el perro!”, le responden. El duende continúa: “Aunque agradezco tu cariño. Si me permites seguir escondiendo cosas, te dejaré en paz”.

Al otro día, ni padre ni hijo menor recordaron a dónde habían dejado la rabia mutua que se tenían. Y la mamá, ni la enfermedad ni sus lágrimas. 

lunes, 10 de junio de 2024

No existe

El hombre que no existe trabaja en un trabajo que no existe. Muchas veces se frustra, pues con el sueldo que no existe, aporta lo que no existe para su casa que no existe.

Entonces, se promete y somete a una meta que no existe (porque ahí está la felicidad que no existe), para obtener y recuperar lo que no existe.

Una noche espectacularmente estrellada que no existe, un fantasma viene a espantarle su sueño que no existe, encontrándose, en cambio, al hombre que no existe escribiendo sobre lo mucho que su amor existe para la mujer que no existe.

Canción "Me encuentra" - Leonel García

sábado, 1 de junio de 2024

Cuando me llueve

En mi charco interior, tus ojos se reflejan. Otros pasos revuelven el agua, hojas caídas se acumulan, pero tus ojos se reflejan. Inclinándome hacia adentro, esta poza o espejo que, quebrándose, cayó a tierra tras pasar un avión, me devuelve imágenes, destellos del pasado: tú cantándome al teléfono, indicándome las constelaciones, encuadrando los atardeceres, tú empacando cosas... Este otoño, las noches se apuran por remolcar al Sol y meterme el sueño a cucharadas por los ojos, ignorando que mi insomnio tiene luz propia, pudiendo ver así tu ausencia, excepto en mi charco interior en donde tus ojos todavía se reflejan.

Canción "Hoy llueve, hoy duele" - Alejandro Sanz

martes, 28 de mayo de 2024

Ha llegado carta (7)

El invasor

Señor Dardo, vivimos en bloques sociales, sabe lo delgada de estas paredes y la mía, que retumba cuando usted empieza a gritonear y dar portazos. Cuestiones que he tragado callado. No, no sabe nada. Soy más consciente que usted de cuántas veces le ordenaron sus padres que aporte, se haga un tratamiento o se largue. Entonces, no habiendo cambios, hice el favor a su mamá de romper la puerta y también un palo de escoba en su cabeza, don Dardo, cuando más la atormentaba. Yo tampoco sé nada. Debí golpearle el corazón y desentumecerlo, con la esperanza que aprenda algo.

P.D.: No le voy a pagar ni un peso por su falta de empatía. 

El invadido

¿Quién chucha golpea así a la puerta? Nunca le he hecho nada, aparte de la ensalada de combos que se comió anoche: mi puerta por su hocico. Por lo menos la puerta algo se salvó, pero de sus dientes no podemos decir lo mismo. Sapo, además, escuchando conversaciones ajenas. Yo con suerte sé que se llama Justo, pero inJusto deberían decirle, el maricón que se mete con familias vulnerables. ¡Sé que tengo un problema! ¿Y sabe quién más? Un esquizofrénico: ¿le rompería la puerta para darle un escobazo por su enfermedad? Yo soy la víctima aquí. Yo soy el drogadicto.

P.D.: Entonces págueme con su cilindro de gas. Robé el de mi casa.

sábado, 18 de mayo de 2024

El tren que parte


Antes de partir y asomado por la ventanilla del tren, el maquinista, con un vozarrón, sacude anímicamente a los poquísimos pasajeros del andén. Entre ellos, despabila a un adolescente, con la cabeza conectada al celular, para que aproveche para conversar con su abuelito, pues podría ser su última vez. Es que el maquinista donde pone la intuición, planta el grito: “¡Señorita pelirroja, abrace al niño! Él estira sus manitos cuando su acompañante lo toma en brazos, y usted lo ignora. Oiga, podría ser su última vez”.

Muchos entran al tren sollozando, mientras el altoparlante invita a abordarlo por última vez.

Mi aporte para El bic naranja

domingo, 12 de mayo de 2024

¡Vamos que se puede!

El hombre abre el clóset y, nuevamente, un polvoriento portatraje en el perchero (guardado para un lanzamiento que nunca llega), se mece deseoso por estrenarse. Pero el hombre, extrayendo su uniforme de barrendero, le explica que hoy tampoco será: cada oportunidad termina en portazo y el bloqueo es constante.

Al volver, guardando su uniforme, el portatraje, frustrado, se abalanza sobre el hombre y lo viste contra voluntad. Los pantalones lo encaminan al notebook. Las mangas, apoyan sus manos sobre el teclado. Y en la pantalla, una sugerencia:

"Escribir sobre lo mal que te ha ido siendo escritor, sigue siendo escribir".

viernes, 10 de mayo de 2024

El bendito entre los malditos

En el semáforo, se agacha y abrocha sus zapatos. Pero una niña, a su lado, cruza apenas la luz cambia a verde. Es por esto que no fue atropellado, tal como ella sí. Continúa, atravesando la espesa noche y un barrio peligroso. Para su mala suerte, hay un tiroteo. No, para mala suerte de un adolescente que, buscando refugio, recibe una bala loca. Finalmente, llega a destino, encontrándose la casa despojada por carabineros de armas, dinero y droga: ¡excepto la que venía a comprar! Se lo merece, le costó ganarse la plata vendiendo la olla que robó a sus papás.  

domingo, 5 de mayo de 2024

Despierta

-¿Cuánto falta? ¡Muero por un celular! 
-Parecen guagüas de pecho.
-Mejor, iría durmiendo, amamantando feliz. 
-Hija, a mi edad sale puro polvo.
-Hermana, vamos en una nave espacial. 
-¡Es un auto, tonto! 
-Tonta, fíjate: todo a oscuras, acostados, mirando al cielo, apilados en cápsulas.
-Apilados quedamos porque el auto se volcó. Mami, después maneje usted, mejor... ¡Mami, ¿y las ventanas?! Donde palpo toco madera. 
-En mi cápsula también, papá.
-¡Enzo, di algo, vamos!... No, no llores, amor... ¡Niños, escúchenme! Su papá ajustará unos detalles y echaremos a volar. 
-Mami, ¿y podré abrir una ventana? ¡Muero por un poquito de brisa! 

viernes, 19 de abril de 2024

Oración para el mal pero por mejor

Peinando a su hijito Damasco, la mamá le desea que, ojalá, se esguince el otro tobillo.  El niño asegura que con una muleta basta, no quiere otra. “Ese accidente te pasó”, aclara ella, “porque antes pedía por tu bienestar”. ¡Pero la vida es pura ironía, psicología inversa! “¿Sabes dónde están esas madres que encomendaban sus hijos a Dios; esos que eran sanitos como una taza de leche? ¡Llevándoles flores a sus tumbas! Antes que enterrarte, te prefiero un tiro al aire: malo, delincuente, drogadicto. Pero longevo”.

Damasco, yéndose al colegio, es despedido por la mamá con un sonriente “¡Te odio!”.

miércoles, 10 de abril de 2024

Celine Dion - Because you loved me

-Jan, ¿todavía escribes en esa servilleta las razones porqué terminaron? El universo te manda otro motivo: Azalea. Sin fijarte mucho, fíjate. Se ve toda acaramelada con el mismo tipo con quien paseó ayer por ese boulevard exclusivo... Después te sorprendes que ella no haya querido turistear en tu barrio peligroso. ¿Pretendías hacerla cruzar la ciudad para comerse un huevo duro en un parque que te gusta a ti nomás? Además ¿qué tanto te quería si nunca viajó a verte? ¿Qué podrías agradecerle?

Entonces Jan, en la servilleta donde anotaba reproches hacia Azalea, le respondió escribiéndole el título de una canción.

sábado, 6 de abril de 2024

Caparazón

Fiesta en casa y Junior, escolar, nuevamente se encierra en el closet. Se apoya contra la puerta. Del otro lado, compañeros burlones patean el mueble. Junior, tanteando, encuentra un libro grueso. Sin pensarlo, abre y alza el ejemplar. La obra es un diario de vida de hace un siglo. Junior, viéndose corpulento, amenazante, logra espantarlos. Vuelve al closet y lo hojea: trata sobre Marti Caffi, un mendigo olvidado, incomprendido, que abre su caparazón por última vez a quien sea que quiera leerlo, hacerse de compañia. De nuevo patean el closet. Junior, sonriendo, abraza a su nuevo amigo cien años después.

sábado, 23 de marzo de 2024

Nos convertimos en lo que vemos


En el casco histórico, una muralla da testimonio que, alguna vez, fue una iglesia. Y, como muchas u otras tantas edificaciones cercanas, no resistió uno de los pasos del tiempo más breves, más miserables pero, también, más signficativo o traumático: el del humano. Lo curioso, es que no tiene placa conmemorativa que la atrape en el ayer. Así, los que se acercan a verla, no hacen suyo un dolor ya sufrido, no se reducen a reciclarlo, a que revista al corazón para empequeñecerlo. En cambio, verán que esta muralla habla de otra, una expansiva, La Gran Muralla de Hércules-Corona Boreal.

Mi aporte para El bic naranja

viernes, 22 de marzo de 2024

A veces toca perder y ya está

Cuando preguntaban por la publicación del libro, respondía “a punto de salir del horno”, ignorando que, pareciera, operaba así esta editorial: se incendió y carbonizaron mis copias. Perdí mi mano derecha. De puro frustrado, puse patasarriba mi casa, botando la jaula y liberando a mis amados agapornis, que emprendieron vuelo. Luego, perdí la capacidad de echar a volar mi imaginación. Como mis amigos evitaban que les contara estos dramas, perdí el saber expresarme. 

Una mujer que me quiso mucho, pregunta por chat cómo estoy: difícil saberlo con la parte del corazón que perdí, la parte que se fue con ella.

viernes, 15 de marzo de 2024

Solo Ida

¿Te llevaste a Zenet Contigo? Su canción desea que le demos cuerpo bailándola: únicamente me abraza la almohada. Con tu ausencia tan reciente que puedo escucharla respirar.

¿Y si no te fuiste? Te bajaste en los Andes y, vestida por la nieve, sueñas que Chile te pide matrimonio. El atardecer sueña que se crea por soplarle a tu pelo. Sueño que la noche te traerá en mi insomnio de tanto mirar la Luna.

¿O dejaste un cajón abierto en tu lugar? Me revuelco entre tu literatura reposada, sensible, tú, amada y perdida, pero encontrada en los recuerdos de Zenet Contigo.

Canción “Contigo” - Zenet

jueves, 7 de marzo de 2024

Los narcisos

Esta familia fea despertaba compasión: eran los del techo destartalado, la jauría, el jardín seco, los de los cachivaches rescatados de la basura. Insólitamente, su barrio, (correcto pero aburrido, excepto por el griterío de esta familia fea a quienes creían locos), atrajo a turistas ávidos por pagar, documentar y romantizar realidades pintorescas. Así, la Directiva de Vecinos engordó sus arcas. Poco les duró: las visitas fueron disminuyendo, pues esta familia fea empezó a sanar por dentro y por fuera, plantando, primeramente, narcisos en su antejardín. Ahora, los vecinos que antes los compadecían, son familias feas tentadas a romperles esas flores.

jueves, 29 de febrero de 2024

2020 - 2024

Dicen los que saben que mudamos de piel cada 28 días. Esa es una fase. Y es todo un mes de febrero, salvo si contamos los bisiestos. Estos últimos cuatro años, João pareciese que alcanzó la cima de las pérdidas. Es como si la piel de una antigua vida, que le ha engrosado la existencia con bienes materiales y experiencias, quedara a sus pies y él, desnudo, casi, deba ir a encontrarse con el mundo de nuevo. Esa es otra fase.

¿Será que el próximo bisiesto perderá las ganas de seguir adelante? Ojalá, de ser así, solo sea una fase.

domingo, 18 de febrero de 2024

Ida & Vuelta

Volverás, salinizada, cristalizada, por el mar en tu piel. Y la Luna se reflejará paseándose como gaviota plateada sobre tus ojos azules, creyéndolos torres de Hércules.

Volverás, aunque, primero, desenrrollarás la alfombra roja hacia tu nueva casa para, después, aquí, al regresar, recuerdes cuando hacías hogar con tu cabecita en mi pecho. Entonces, quizás, la lluvia del norte contenida en tus lagrimales, llorará, dejándote escuchar mi soñado "Quédate"... Pero se impondrá tu olor a tierra húmeda: en tu abrazo siempre abracé la Galicia que reclama su camelia. 

Chegarás con morriña da túa terra. Tal como eu teño morriña do teu corpo.

sábado, 10 de febrero de 2024

Codi

Todavía con edad avanzada, el viejito sabía imponerse. Alguna vez fue el macho dominante, el guardián de la familia, de lo que poco y nada recuerdo cuando, tiernamente, observaba su esmirriada sombra paseando y tropezándose, aunque, tal como en sus mejores ayeres, siempre de punta en blanco, pues se resistió a perder la elegancia. En cambio mi padre, con quien entretejió una amistad por años, sí reconocía esa imponencia del viejito cuando este, con una mirada, le silenciaba las rabietas. Lo ponía de buen humor. Lo consolaba, incluso. Y sin decir nada. Tal como partió esta tarde. Ni un ladrido.

jueves, 8 de febrero de 2024

Los atípicos

Último día juntos y quisieron regalarse, el uno al otro, los colores que más gustaban atesorar. A ella, que la remueven los atardeceres, pidió que abriera la cortina encontrándose el hombre el cuadro de un ocaso ardiente, pintado por alguna divinidad celestial (conforme el atardecer caía sobre el mundo, a él le bajaba por el cuerpo coloreándolo). Y el hombre, un embobado de las estrellas, pidió que cerrara los ojos para describirle fulgores de astros, nebulosas y galaxias que trascendieron el espacio-tiempo e iluminaron el pecho de la mujer. 

Todos tenemos luces y sombras. Ellos prefirieron quedarse con las luces. 

domingo, 4 de febrero de 2024

Sin vuelta atrás

Antes de irse, sin vuelta atrás, ella le entregó un espejo de mano. “Ellos tienen memoria” -afirmó la mujer-. “Si repites las palabras que yo más dije reflejándome en él este último año, el espejo te devolverá mi rostro, porque le harás creer que soy yo”. Pero el otro le contestó que “ya poco me interesabas para que recuerde eso, no te extrañaré ni te estaré invocando”.

Tiempo después, cuando el hombre lo había olvidado, tomó ese mismo espejo y, frente a frente, se sinceró: “No conozco peor soledad que esta. Debería hacer algo”. Entonces, justo ahí, le pareció verla.

miércoles, 31 de enero de 2024

El trapecista y la mujer-bala


Marieta, la mujer-bala, vomitó en su remolque la mitad del corazón, confirmando que renunciaría. Era infeliz y su corazón abandona lugares donde ella no es querida. Sus arcadas despertaron a Paquito, trapecista del remolque vecino. Escuchándola, lo supo: él pasó por lo mismo. Era infeliz y su corazón abandona lugares donde no confiesa sus sentimientos.

Llevando la mitad del corazón por delante, Marieta voló del cañón y atravesó la carpa. Entonces lo divisó: llevando la mitad del corazón por delante, Paquito, que había amarrado la escalera de trapecio en la Luna para darse un súper impulso, la interceptó y conectaron.

Imagen de Atrapalabras

sábado, 20 de enero de 2024

La partida de la pleyadiana


Apenas escuchaba ese acento extraño, corría hasta el mostrador del negocio de la mamá para observar a esa belleza rubia que lo idiotizó. Jomarcito, ufólogo en ciernes, la amaba empezando por su nombre: Alcyone. “No puede tener ojos más azules, ser más bondadosa, o de este mundo”, comentaba a su madre. 

Pero Alcyone estaba de paso, volvió con el ex y desapareció.

Una noche, la mamá acompañó al hijo a mirar el cielo. “A lo mejor regresó a las Pléyades”, dijo la mujer. Entonces una lágrima rodó por la mejilla del niño, coincidiendo con la caída de una estrella fugaz. 

jueves, 18 de enero de 2024

Una tarde de domingo en la plaza

Jacinto, un jubilado de 83 años, recientemente viudo, decidió leerse las cartas gratis con un tarotista que estaba sentado, como siempre, unos bancos más allá; alguien que aproximaba su edad y soledad. Sobre todo soledad, pues nunca se le acercaban clientes. No era de extrañar: el supuesto vidente las erraba todas. Pero, con tal de retener a Jacinto, su única compañía en años, el tarotista le auguraba mañanas esperanzadoras. Y Jacinto, a su vez, le desmenuzaba detalles falsos pero asombrosos sobre su vida, para que la sesión no terminara nunca. Se mentían, pero algo debían estar haciendo bien, porque sonreían. 

miércoles, 10 de enero de 2024

Soñadores compatibles

Escapando de su sofocante madriguera, un erizo, emocionado, eligió la copa de un árbol como hogar. Días después, pidió ayuda a una serpiente cercana para bajarse. “Pero te cargaré en mi hocico”, advirtió la serpiente, “¿no temes?”. “Tanto como tú si se me tensan las púas”, contragolpeó el erizo. Rieron. Descendiendo, y gracias al cuidado mutuo por no lastimarse, cupido los flechó... Pero naturalmente el instinto se impuso y la serpiente intentó deglutir al erizo; provocando, este, desplegar sus púas, escapar y subir al árbol. “¡Perdóname!”, gritó la serpiente. Y, apenada, se retiró. El erizo se quedó mirando el atardecer.

jueves, 4 de enero de 2024

Otro año

“Ya Fortunado, juguemos de nuevo. Vaya por la pelotita”. La mamá la hace rebotar en la cabeza del niño y él, que creyó dormir mucho porque cerró los ojos un poco, despierta. Con el impulso, la pelotita, rebotando, cae escalera abajo. El hijo, en pánico, intenta atraparla en el aire. Pero no alcanza. Y desde el primer escalón debe subirla de vuelta, para entregársela a la mujer que lo anima con un: “¡Sí, sí, Fortunado!”. Un año después el preadolescente, reventado, asciende los doce escalones. “Fortunado -dice la mamá- es jugar o matarse”.

Y la pelotita, rebotando, cae escalera abajo.